lunes, 28 de diciembre de 2009

Lo que no se celebra tiende a atenuarse y a perderse.

Me resulta muy importante, para crecer, tomar conciencia de los propios avances, los logros y los signos que me muestran que el tiempo no ha pasado en vano. Me debo a mi mismo, rescatar esos momentos, situaciones, objetivos, relaciones, que me van confirmando que no estoy en el mismo lugar, y que voy siendo una mejor versión de mí mismo.

Rescatar es hacer memoria y tomar contacto con el acontecimiento. Es dejar que se manifiesten las emociones, es aceptar que fuimos tocados y transformados. Es señal de que hemos estado abiertos a la experiencia, sin negar ni bloquear, lo que nos va saliendo al encuentro. Abiertos a la vida, a lo que nos Da Vida!

Un poeta y cantautor cubano dice en su canción de Navidad: “el fin de año huele a compras, enhorabuenas y postales con signos de renovación, la gente luce estar de acuerdo, maravillosamente todo, parece afín a celebrar. Unos festejan sus millones, otros la camisita limpia y hay quien no sabe ni qué es brindar...”

Llega fin de año. ¿Y yo qué celebro? ¿Sólo un año que pasó? ¿O lo que en este año me pasó? Y en este año ¿Qué me pasó?
¿Con quién celebrar? ¿Con todos, con muchos, con cualquiera, con los que quiero? ¿Con los que me quieran? ¿En multitud... en solitario... extrovertido, en intimidad?

Seguramente celebraré según mi modo propio, y resonará dentro como algo genuino, y le daré paso a lo que me dio vida y a todo aquello que hice para dejar más vivo mi pequeño gran universo.


PD: Para fortalecer la estima, crecer en confianza y proyectar con esperanza, les propongo recorrer el año y rescatar logros, grandes pequeños, significativos, aquellos que me llenaron de sentido y de valor. Así, al levantar la copa… sabremos porqué y con quién celebrar…

Yo celebro la vida de este blog con todos aquellos que de diferentes rincones del mundo han caminado por él.

Arriba esas copas… ¡con ustedes quiero celebrar!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Víctima o generador... tú eliges...



Hay frases que la gente acuña para describir cómo percibe la realidad o, más bien, su realidad.
Es así…
Es lo que hay…
Esto no cambia más…
Y… con los dirigentes que tenemos…
La empresa decidió esto o aquello…

Y uno podría extenderse en miles de expresiones que intentan explicar que uno no tiene nada que ver con las cosas que están pasando.
La sensación que me provoca estas frases es de mucha frustración. La conclusión a la que llego es que no elegimos nada de lo que nos pasa. Otros eligen por nosotros. Y en muchos casos creemos que los contextos y las condiciones externas nos impiden tomar decisiones. Esperamos que los cambios vengan de afuera para que nuestras condiciones de vida mejoren. Nuestras acciones quedan condicionadas y atadas como si fuéramos esclavos de un sistema que se empeña en quitarnos la libertad.
Cuando el país cambie yo voy a ser un ciudadano más responsable.
Cuando mi jefe empiece a reconocerme voy a hacer mejor las cosas
Cuando mi hijo se porte mejor yo voy a ser un mejor padre
Cuando… cuando… cuando… te des cuenta… la vida te habrá pasado sin haber decidido como vivirla.

Viktor Frankl, quien vivió preso algunos años en un campo de concentración (vaya si hubo contexto adverso) dijo: “Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa, la última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”.

En la película “La vida es bella” tenemos un claro ejemplo de alguien que elige como vivir su libertad dentro de un contexto de esclavitud y desde esa elección crea para su hijo un mundo diferente, en el que puede crecer, confiar, creer y soñar.

Dietrich Bonhoeffer, líder religioso alemán que participó en el movimiento de resistencia contra el nazismo, fue arrestado y encarcelado. Desde el cautiverio decía esto:

¿Quién soy? Me dicen a menudo que salgo de mi celda,
sereno, risueño y fuerte, como un noble de su palacio.


¿Quién soy? Me dicen a menudo que hablo con los carceleros,
libre, amistosa y francamente como si mandase yo.


¿Quién soy? Me dicen también que soporto los días de infortunio
con indiferencia, sonrisa y orgullo, como alguien acostumbrado a vencer.


Grandes hombres y mujeres se han destacado por vivir su libertad en los contextos más adversos y se han implicado de manera responsable y entregada modificando la realidad y agregando valor.

Me entusiasma el desafío de abandonar el lugar de víctima para transformarme en generador.

Propongo preguntas para descubrirnos como generadores.

Para descubrir que hay Opciones: ¿Qué puedo hacer más allá de las condiciones del entorno? ¿Qué estoy eligiendo?

Para crecer en Integridad: ¿Quién quiero ser más allá de las condiciones del entorno?

Para tomar contacto con mi potencial: ¿Cómo puedo ampliar mi capacidad y zona de acción?




lunes, 23 de noviembre de 2009

Crear caminos para expresarlos mejor




La cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano.

Cuando un grupo humanos decide vivir según un marco de referencia determinado por valores, creencias e ideas es porque está convencido de que esa es la mejor manera de desarrollarse. Esa cultura es orientadora y contenedora de cada miembro del grupo. También ayuda a interpretar y dar sentido a los acontecimientos.

Cuando contemplo estos grupos humanos, ¿Qué percibo?

En muchos casos aparece una distancia entre la enunciación de los valores y práctica de los mismos. Algunos llaman a esta distancia: “incoherencia”, porque crees en una cosa y haces otra. Porque de palabra pronuncias un valor y con tus acciones los niegas.


Esta palabra “incoherencia” me parece fuerte e insuficiente para describir esa distancia.

He visto innumerables códigos, manifiestos, tablas, papiros, decálogos que enunciaban valores y creencias que regían diversas comunidades de mujeres y hombres pero en ninguno o en muy pocos se enunciaba el modo de llevarlos adelante. No se explicitaba la pedagogía que se iba a utilizar para cristalizarlos en la vida cotidiana.

En muchos casos coincido con los valores, sobre todo los universales, como el respeto, la dignidad, vida, la verdad, la ética, la justicia, etc. A veces no coincido con los procedimientos. Y en la mayoría de los casos no hay caminos propuestos.

En situaciones así se generan vacíos, y se abandona a la gente al carisma o al modo de ser del líder de ese grupo.


Por un lado se dice que en nuestra comunidad se escucha a la gente y por otro lado no hay instancias que generen esa posibilidad. Enarbolan la bandera del desarrollo de la persona pero no facilitan los medios para lograrlo. Fomentamos la creatividad de nuestro equipo pero no los hago participar de los procesos de cambio ni de la toma de decisiones.

A veces parece que los valores y los principios sirven para limitar y controlar a las personas…


Yo creo que son para desarrollarlas y desplegarlas. Pero el “modo” de vivirlos, aplicarlos, asumirlos, compartirlos, proponerlos, hace la diferencia.
Como Líder, ¿No termino faltando a esos valores si no propongo caminos para hacerlos carne?

¿Hay una sola manera de incorporarlos y asumirlos?


viernes, 6 de noviembre de 2009

Demasiadas expectativas que satisfacer


Anoche llegó a mí esta frase de Fritz Perls, fundador de la Terapia Gestalt, exponente de la corriente humanista surgida en Estados Unidos en la década de 1960.


Yo hago lo mío y tú haces lo tuyo.
No estoy en este mundo para llenar tus expectativas.
Y tú no estás en este mundo para llenar las mías.
Tú eres tú y yo soy yo.
Y si por casualidad nos encontramos es hermoso.
Si no, no puede remediarse.

Perls enuncia la frase como una afirmación. Parece estar convencido de eso. Yo, adhiero a su afirmación pero no me animo a decirla con tanta firmeza. Por ahora llego a plantearla a modo de pregunta.

¿Estoy en este mundo para satisfacer expectativas?
¿Propias, de otros?

Mi primera respuesta me nace del ego y es: “No, por supuesto que no”. Pero no sería muy honesto. Me encantaría decir que no pero todavía no puedo. Sin lugar a dudas, me encuentro en varias ocasiones tratando de satisfacer las expectativas de alguien.

Siento que hay un gran deseo en algunas personas por “caer bien”, ser aceptados, ser reconocidos, ser valorados, conseguir un buen nombre y ser respetados como tal. Esos deseos van creando expectativas. Cuando se cumple cierto alivio nos invade. Pero sólo es alivio. El alivio nada tiene que ver con la paz. El alivio surge de calmar un dolor y la paz del sentido de plenitud.

Pero cuando esas expectativas no se cumplen… ¡Cuánta frustración nos inunda!

Creo que hay fundamentalmente dos lugares en el cuerpo donde repercute la tensión por satisfacer las expectativas de los otros: En los hombros y en la boca del estómago. En los hombros aparece como pesada carga que nos doblega, nos contractura, nos agobia; esto que se llamó “el mal de Atlas”- aquel personaje mítico que llevaba el mundo sobre sus hombros-; y en la boca del estómago aparece la angustia, ese nudo que no deja pasar el aire y nos termina ahogando.

Por eso, cuando podemos sacarnos “la mochila” y logramos comunicar la angustia, experimentamos el alivio y el desahogo.

La frase sigue: “Y si por casualidad nos encontramos es hermoso.
Si no, no puede remediarse”

A mí me hace pensar en los encuentros en los cuales no hay otra intención detrás ni encubierta más que la de estar con el otro. Encuentros gratuitos, sin buscar nada a cambio porque se da un natural intercambio.


Dice Perls que si eso no sucede, no puede remediarse. Creo que lo dice porque cualquier esfuerzo por lograrlo vendría teñido por algún deseo de satisfacer alguna expectativa. Y muchas veces, las expectativas que ponemos en los otros, contaminan los encuentros.

Lo que se me ocurre como primera cosa es tomar contacto, conciencia, hacernos un blanqueo sobre las verdaderas motivaciones que me llevan a hacer esto o aquello, a querer lo de acá y lo de más allá.

¿Hay alguna expectativa no confesada a mi mismo o al otro, que esté queriendo satisfacer?

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Estuve leyendo algo de Auspitz

Desde Descartes concebimos el mundo como una gran máquina, como mecanismo de relojería que sólo podrá ser conocido una vez que sean conocida cada una de las pequeñas partículas que lo constituyen. Esta poderosa metáfora ha guiado el pensamiento de la ciencia en los últimos tres siglos y ha permitido sorprendentes avances en algunos campos. La imagen mecanicista y fragmentada de la realidad, también ha regido el pensamiento en el área de los fenómenos humanos.

Hemos incorporado, de esta manera, una idea de ciencia ligada a conceptos como certeza, verdad, objetividad, neutralidad y absoluto…

Pero la ciencia está transitando cambios dramáticos. Sus nociones más básicas están siendo revisadas una por una.

- Einstein con la Teoría de la Relatividad
- Heisenberg con el Principio de Incertidumbre
- La segunda ley de la termodinámica
- La mecánica cuántica de Planck
- La teoría del caos y la flecha del tiempo de Prigogine
- Y otros nuevos ensayos y principios de comprensión de la realidad están haciendo trastabillar lo que hasta ahora se daba por sentado.


“El concepto de objetividad científica descansa sobre la idea de un mundo externo que está allá afuera, como opuesto a un yo que está aquí dentro. (Este modo de percibir, que pone a las demás personas allá afuera nos hace sentir muy solitarios acá dentro). De acuerdo con este punto de vista, la naturaleza, en toda su diversidad, está allá afuera. La tarea del científico es observar ese allá afuera tan objetivamente como fuera posible.

Observar algo objetivamente significa verlo como se mostraría ante un observador sin prejuicios sobre lo que observa. El problema que pasó desapercibido a lo largo de tres siglos, es que esa persona que tiene una tal actitud, está ciertamente prejuiciada. Su prejuicio es el de ser objetiva, es decir, el de no tener ninguna opinión preformada.

Es imposible no tener ninguna opinión.

La nueva física, la mecánica cuántica, nos dice claramente que no es posible observar la realidad sin cambiarla.
La mecánica cuántica, en oposición a la física newtoniana y a la metáfora de la realidad, nos propone nuevos paradigmas, nos invita a mirar la realidad de otra manera. […]
La evolución del paradigma científico (Fragmento) - Auspitz


Yo empecé a mirar con cierta desconfianza a aquellos que ostentaban tener la verdad absoluta sobre ciertas realidades. Esas personas me resultan inaccesibles. Tengo una clara imposibilidad para entrar en diálogo franco y sincero.

Yo quiero hablar desde adentro y ellos te hablan desde afuera. Yo intento hablar desde lo que percibo y ellos lo hacen desde conceptos. Yo intento abrir el juego y ellos no saben lo que es jugar. Yo propongo una relación en la que podamos intercambiar impresiones, sensaciones, puntos de vista, exponernos a la posibilidad de modificarnos mutuamente en el contacto y por el encuentro. Y ellos se cierran por miedo a sufrir cualquier modificación.

Para ellos lo diferente es una amenaza y lo que cambia: una traición.

Un adolescente cambia su pensamiento cuando abandona la niñez. ¿Traiciona así el adolescente al niño que fue? ¿O más bien le agradece y le rinde homenaje superándolo en sabiduría?

¿Qué significa crecer?

Napoleón decía: “Los sabios buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado.

Yo sigo buscando… abierto a los detalles más humanos, tan cambiantes e impredecibles, en asombro constante, atravesado por un fascinante misterio que no puedo ni quiero atrapar.

Tengo una sospecha. Para crecer hay que dejarse transformar. Los que lo deseen, los invito a buscar juntos y a dejarnos encontrar por la sabiduría.

Tengo la intuición de que ella, no vendrá de la mano de las verdades absolutas, sino revestida de la belleza más pura.

lunes, 19 de octubre de 2009

Carl Rogers siempre se hacía estas preguntas

: ¿Puedo oír el sonido, la sensación y la forma del mundo interno de esta persona? ¿Me será posible hacerlo y permanecer junto a ello? ¿Puedo resonar con lo que está diciendo tan profundamente que pueda sentir el significado que tiene miedo de expresar tanto como lo que de hecho dice?

Estas preguntas que Rogers me deja flotando en el aire me movilizan. Me llegan a lo hondo. Me despiertan a la reflexión. Templan mi ego. Me desnudan algunos miedos. Iluminan cuartos oscuros. Me anuncian la existencia de otro mundo…

Existe el mundo interno de la otra persona. Un mundo que a veces supongo conocer. Y, cada vez que supongo, me equivoco. Cuando interpreto el mundo interno del otro desde mis propios paradigmas me equivoco.

Mis formas internas, creencias, valores, modos de sentir, de pensar, de vivir, de tomar decisiones, encuentran un sentido dentro de mí, pero no lo encuentran dentro de otro. Lo que para mí puede ser un sonido armonioso para el otro puede ser una estridencia insoportable.

Esto me desafía a conocer más profundamente mi mundo interno para abrirme al conocimiento del mundo interno del otro, y poder distinguir; valorar las diferencias, comprender al otro, mirar como el otro mira, desde su propio marco de referencia.

Jacobo L. Moreno lo expresó de esta manera: “Un encuentro de dos, cara a cara. Y cuando estés cerca, tomaré tus ojos y los pondré en lugar de los míos, y tú tomarás mis ojos, y los pondrás en lugar de los tuyos. Y luego te miraré con tus ojos y tú me mirarás con los míos”.

Acceder al otro desde esta perspectiva no significa acordar en todo. Pero comparto con Rogers y con tantos que es una manera mejor de conocer y comprender. Así podemos saber porqué dice lo que dice, porqué piensa lo que piensa, siente o cree.

Este camino me ayuda a acercarme a lo que el otro va siendo en su propia verdad, sin distorsionarlo ni recortarlo desde mis puntos de vista, desde mis juicios o creencias.

El juicio describe más a quien lo hace y no tanto a aquello que se juzga. Por los juicios que hagas te conocerán…

¿Recuerdan a Procusto? Era un bandido de Ática. ¿Saben los que les hacía a los viajeros? Después de robarles los metía en un lecho de hierro. Los adaptaba. Si no entraban, los mutilaba… interesante imagen… ¡Aterradora!
El lecho de Procusto está disponible… y hoy en día no hay vacantes por el exceso de demanda.

Vuelvo a traer esta pregunta ¿Puedo resonar con lo que el otro está diciendo tan profundamente que pueda sentir el significado que tiene miedo de expresar tanto como lo que de hecho dice?

Y añado algunas mías. ¿Tengo miedo de escuchar cosas que me hagan cuestionar mis certezas? ¿O prefiero escuchar lo que yo quiero?
¿Lo diferente es amenazante?
¿Lo que no controlás te angustia?
¿Podrías abrirte al otro sin miedo a ser transformado?


¿No necesitarás que alguien empatice con vos y te comprenda?

miércoles, 7 de octubre de 2009

Ser Asertivo es una buena opción

Siempre me gustó ser dueño de mis palabras, de mis decisiones, y acciones. Con más o menos éxito quise crecer en auto control. No quería que los demás me forzaran a decir cosas, a reaccionar o tomar decisiones que no fueran fruto de una elección libre.

Para algunos resulta fácil elegir sus palabras, diseñar sus acciones y tomar decisiones cuando el clima de una relación no es amenazante. No sucede lo mismo cuando algo, o alguien, se acercan a nosotros bajo el modo de la ira, el enojo, la injusticia, el juicio infundado o cruel, la mentira, la apariencia, o la ambigüedad.

Creo que a veces recibimos gritos, enojos, furias, injustas y desproporcionadas. Por no tomar conciencia de lo que nos va pasando descargamos nuestras emociones en un lugar inapropiado, en una intensidad desmedida y con la persona equivocada.

Traigo situaciones como esta: ¿Por qué me gritas así, si yo no tengo nada que ver? Además, haciéndolo así, ¿Lográs lo que querías, verdaderamente? Cada uno puede recordar ejemplos de su vida cotidiana. Una clásica: discutes con tu jefe y la ligan tu mujer y tus hijos…


No propongo quedarse pasivo frente a los conflictos. Tampoco soy muy amigo de la agresividad ni de la violencia.

Tampoco propongo negar los sentimientos y emociones que habitan dentro de mí. Se trata de reconocerlos, de apropiarse de cada uno de ellos. Dialogar para que nos vayan contando cuál es nuestra parte más afectada. Y después, decidir cuál es la mejor manera de expresarlos.

Un concepto que ha ganado terreno en las relaciones humanas es el de Asertividad.

La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento". Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son la pasividad y la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que nos descalificamos nosotros mismos

Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, poner límites de auto protección, negociar y ser flexible para poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.

Me gustaría desarrollar la asertividad. Para saber decir, saber actuar, y tomar las mejores decisiones que me acerquen a lo que quiero ser, con una fuerte autoestima y una libertad responsable.

martes, 29 de septiembre de 2009

Agua fresca del propio manantial


"Si quieres construir un barco,
no empieces por buscar madera,
cortar tablas o distribuir el trabajo.
Despierta primero en los hombres y mujeres
la pasión irrefrenable por el mar"




¿Por qué hago lo que hago? Se pregunta un hombre cuando las razones de su lucha se van debilitando…

¿Qué pasa cuando las motivaciones que te ayudan a llegar se hacen invisibles e imposibles de encontrar?

¿Qué sucede Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada? Seguramente se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.

¿Cómo es que se rompe un hechizo?

¿Qué haces cuando descubres que has tomado decisiones encandilado por promesas que ocultaban la omnipotente ilusión de darte absolutamente todo lo que necesitabas para ser feliz… y ahora te encuentras… en la mitad de un camino, con más desilusiones que certezas, con más frustración que esperanza?

No quisiera dar respuestas envasadas que tranquilicen la conciencia por un rato…

Me gusta pensar que cada persona es un hondo misterio. Que siempre hay una profundidad nueva que explorar. Que existe en cada mujer y en cada hombre un fresco manantial inagotable. Que no siempre nos animamos a descender a esos abismos, o no sabemos como tomar contacto con él.

Pretendo ensayar un camino, el mío propio. Uno que sea genuinamente mío.

Un camino que han recorrido sabios y maestros de la humanidad: “El camino del amor apasionado”

Dice Pedro Arrupe:

“Aquello de lo que te enamores, lo que arrebate tu imaginación, lo afectará todo. Determinará lo que te haga levantar por las mañanas, lo que harás con tus atardeceres, cómo pases tus fines de semana, lo que leas, a quien conozcas, lo que te rompa el corazón, lo que te llene de asombro, lo que te dé alegría y te haga agradecer por la vida.

Enamórate, permanece enamorado, y eso… lo decidirá todo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Encuentro Intensivo de Yoga & Meditación


“Meditando con los Maestros del Espíritu”


La necesidad de meditar surge de la búsqueda del hombre de respuesta a los grandes interrogantes que se nos plantean con nuestra naturaleza más profunda. ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Hacia donde voy?
Se trata de despertar a una nueva visión de las cosas que nos llena y da sentido a nuestra existencia.
Hombres y mujeres en la historia de la humanidad se han transformado en sabios y maestros de esta disciplina. Ellos nos tomarán de la mano y comenzaremos a caminar...


Será el viernes 16 de Octubre a las 20:30hs

martes, 22 de septiembre de 2009

¡Cuánto bien me hace la meditación!

Pido Silencio
“Porque pido silencio
No crean que voy a morirme,
Sucede que voy a vivirme”
Pablo Neruda

Cuando algo late dentro de mí me lleva un tiempo darme cuenta que era algo más que el corazón. Como una masa informe, sin rostros ni aristas; ideas, pensamientos, sueños, miedos y deseos se funden y me confunden.


El corazón no es lo único que late. La vida entera late dentro de uno. Y la vida es un universo.

En la meditación voy logrando claridad. De a una se me van presentando estas cosas con nombre propio. Las identifico, las discierno, les doy paso, las recibo, las siento a la mesa y les propongo un diálogo.

De esta manera me hago presente a mí mismo. Converso con el latido de un deseo, escucho el movimiento sístole diastólico de un miedo, descubro la taquicardia de un enojo, y el lento ritmo de una tristeza.

Cuando más hondo respiro, tanto más se me abre la riqueza de mi mundo interior.

La respiración se hace conciencia y ésta se transforma en decisión. Decisión de continuar la autoexploración, de mantener viva la motivación de llegar a los fondos de uno mismo y sentirse en todo su esplendor.

Respirar es comenzar a vivirse plenamente.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Valorar al otro y a uno mismo

Una vez fui a visitar a un gran amigo mío. Cuando llegué a su casa le dijo a su hijo de un año y medio: “Hijo, vení a saludar al Gonza. El hijo se acerca sonriente. Su aspecto no era el que más me atraía. Estaba con mocos, se había ensuciado con tierra, y su olor… ufff… Lo miré a mi amigo y le dije: “No me hagas esto”. El me contestó: “No pasa nada, se limpia”.

Hay personas que tiene la capacidad de ver más allá. No son gurúes ni clarividentes. Hay algo que les permite ver detrás. Algunos dicen que es el amor, otros la inteligencia, la intuición, la firme voluntad de querer ver algo que en la apariencia no se ve. Sea lo que fuere, mi amigo Juan, pudo ver detrás de la suciedad a su hijo.

¿Y qué se hace con la suciedad cuando no puedo trascenderla? Con la simpleza más práctica e ingenua Juan dice: “Se limpia”

Esto me hace pensar en mis anteojos para ver la realidad y para ver a las personas.

Me pregunto si no estarán algo sucios. Si acepto que puedan estar condicionados por ideas, formas de pensar, juicios críticos, malas intenciones, sed de revancha, broncas silenciadas, pesimismo, desvalorización, y un gran ego que no quiere perder a nada.

Algunos se sienten más seguros e importantes haciendo críticas despiadadas. Se sienten más inteligentes descubriendo el error y la incoherencia. “Nunca te tiran una buena”. Para ese tipo de gente la crítica es un modo de ejercer poder y auto conservarse. Y si se les escapa algo lindo de los otros… por supuesto que es irrelevante.

¿Qué tipo de relación se puede establecer con alguien que sólo ve lo sucio y remarca los errores?

Una relación así genera:
- resistencia
- conductas defensivas
- inseguridad
- tensión – estrés
- falta de confianza en la propia capacidad
- frustración
- falta de motivación
- malestares de todo tipo

¿Es posible mirar más allá y descubrir los valores, las riquezas, los potenciales, la sabiduría, las virtudes, los aciertos?

¿Y si los puedo descubrir, me expongo a comunicarlos, reconocerlos y celebrarlos?

¿No será mucho?

Sin negar la posibilidad del error humano, yo creo que es ahí donde una relación comienza a tener solidez y perdura en el tiempo. Cuando descubro en el otro algo admirable y amable.

Como padre y madre le harías muy bien a tu hijo si le sumaras a los retos y a los límites el reconocimiento permanente de su valor como persona.

Las parejas perdurarían más tiempo juntas si en vez de descalificarse se pudieran admirar y descubrirse a cada momento y celebrar esos gestos pequeños y cotidianos que le dan sabor a la vida.

Como amigo serías incondicional, porque detrás de cualquier error o desacuerdo, harías como Juan. Se limpia, se perdona, se reconoce al amigo, compañero de tantas batallas.

Como hijo comprenderías más a tus padres, los perdonarías más, descubrirías que detrás de sus equívocos hubo amor y sabiduría.

Como jefe o líder, tendrías equipos de alto desempeño y gran efectividad, cimentados sólidamente en la confianza, altamente motivados, desplegando sus recursos y capacidades porque son reconocidas y celebradas.

Como empleado o miembro de algún equipo te animarías a más. Porque te percibirías con muchísimo que aportar. Porque sos importante, porque podés ser factor de cambio y transformación.

Les propongo recorrer este camino. El de reconocerse. El de valorarse. El camino de reconocer al otro y celebrar su valor.

Deseo transformar la cultura. Voy a empezar por acá.

Y hago mi primer reconocimiento a todos los que caminan diariamente por el blog. Me gustaría agradecerles personalmente. A muchos no los conozco. Les agradezco la generosidad de su tiempo dedicado a estar un rato en contacto con mis palabras. Me siento valorado y reconocido por ustedes.

Así, con el corazón en mis manos… Muchas Gracias!!!

lunes, 31 de agosto de 2009

Créeme, hay algo mejor

Mi vida, como la de muchos otros, está llena de sueños e ilusiones. Algunos los he cumplido y otros siguen latiendo a la espera de su realización.

Me considero una persona que siempre está a la espera, atento a que acontezca lo increíble, lo imposible. Por supuesto que voy tentando al destino y soy un fiel colaborador para que las cosas me sucedan.

Vivimos en un mundo lleno de expectativas falsas. Una cultura donde cortan las expectativas continuamente. Hay una gran falta de fe; esclavitud del corazón que le llaman. Estamos en un mundo en el cual ya no se espera nada más.

Los esclavos son un claro ejemplo de resignación, de aquellos que no esperan nada y por lo tanto no se rebelan contra esa situación en la que viven; son personas que tienen cadenas en su corazón. Tienen anulación de todo deseo, de toda expectativa, de toda promesa. Para ellos no hay nada. Porque han tapado con tierra el pozo de sus deseos y le han cortado las alas a sus sueños.

El mensaje que ellos escuchan como un taladro que perfora la esperanza es: “Ni lo sueñes… no se va a cumplir”

El deseo es la apertura necesaria para que un sueño se realice. En la combinación de paciente espera y de búsqueda audaz vamos creando posibilidades nuevas. Nos entregamos a la esperanza, a la Providencia, a las sincronías, a los astros, a los golpes de suerte, y a lo que cada un crea que haya tenido que ver en su historia de sueños y realización.

Me cansé de darle crédito a los mensajes que nacen del miedo y la frustración y descalifican a los que se animan a ir por todo… Mucha gente tiene miedo a que le vaya mal. Hay quienes se han preparado toda una vida para hacerle frente al fracaso.

- No levantes vuelo porque cuanto más alto llegues más ruido harás al caer
- Ten cuidado al tomar tal camino porque te estás jugando demasiado…
- Ve a lo seguro…
- Ni lo intentes…
- ¡Cuidado, te puede ir mal!

Ya que el miedo es difícil de evitar, yo creo que es mejor tener miedo a que te vaya bien. Los días de las realizaciones irán llegando uno a uno en la medida de mi deseo, de mis sueños y de mi apertura a nuevas maneras de crear posibilidades y creer en los imposibles.

Tengo una pregunta: ¿Estás preparado para que te vaya bien?

Porque ese día ya no tendrás más remedio que celebrar y disfrutar una vida plena de gozo y de sentido.

jueves, 20 de agosto de 2009

El valor de la Escucha Empática

Esta actitud estuvo reservada solo a espacios terapéuticos, a las relaciones entre personas que buscaban algún tipo de acuerdo, a las relaciones familiares, de amistad, de pareja, etc.

Hoy es un valor incuestionable para todo ámbito en el cual se encuentren dos personas que busquen crecer y desarrollar sus potenciales. Carl Rogers dice: “Cuando alguien comprende cómo me siento yo, sin intentar analizarme o juzgarme, me ofrece un clima en el que puedo desarrollarme y madurar.”

La empatía, en estos últimos años, ganó espacio en el ámbito laboral. Es condición para crear buenos ambientes de trabajo, por nuevos estilos de liderazgo, por una nueva conciencia de la importancia del empleado, o integrante de mi equipo de trabajo; persona digna dotada de una enorme riqueza interior que según se la trate y comprenda puede poner ese potencial al servicio de su tarea cotidiana.

La escucha empática figura como uno de los 7 hábitos de la gente altamente efectiva según Stephen Covey. Él plantea en su libro que normalmente la gente escucha para contestar y rara vez escucha para comprender. Para convertirse en alguien altamente efectivo propone ver las cosas según el marco de referencia del otro, comprender desde donde habla y que es lo que siente.
Jacobo Moreno camina por este mismo sendero: Un encuentro de a dos, cara a cara. Y cuando estés cerca, tomaré tus ojos y los pondré en lugar de los míos, y tú tomarás mis ojos, y los pondrás en lugar de los tuyos. Y luego te miraré con tus ojos y tú me mirarás con los míos.

¿Cómo se llega a tener empatía sin caer en una técnica impostada revestida de actitudes políticamente correctas que nada tienen que ver con la comprensión profunda de quien tengo adelante?

Yo creo que la empatía es un fruto que se va alcanzando en tanto y en cuanto vayamos escuchándonos. En la escucha de uno mismo aprendo a conocerme, a entenderme, a aceptarme.

Realizar este camino no siempre es tarea fácil. El miedo es un gran enemigo. Tengo miedo de escuchar algo que no me guste, de ver cosas que no pueda aceptar, de descubrir zonas oscuras que me hagan despreciable… surge el miedo a encontrarme vulnerable delante de mí mismo. Y una vez desnudo y vulnerable puedo ser tremendamente cruel y despiadado juzgándome duramente por no ser perfecto.

Estaría bueno perdonarnos un poco por ser humanos… y mirarnos comprensivamente valorándonos, percibiéndonos abiertamente, caminando hacia una sana estima de uno mismo.

Cuando mi propio mundo interior deja de ser una amenaza para mí, seguramente despertará la empatía, será un momento de sencilla iluminación; un antes y un después. Se convertirá en algo muy natural mirar al otro y comprenderlo, escucharlo y valorarlo.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Dicen que la montaña es el camino que comunica al hombre con su Dios

Hay noticias que nunca quiero escuchar. Anoche escuché una de esas. “A todo nos llega. Ya es terminal.”
Los sentimientos y las emociones afloran y se amontonan. La razón pierde el control de todo. Tristeza por la futura pérdida, impotencia ante los límites, más respeto ante la vida, más conciencia de la muerte, la fragilidad del hombre, la fortaleza de su espíritu…

¿Valió la pena? ¿Querido amigo, te encontrará la muerte, vacío y solo, sin haber hecho lo suficiente?

Cada cual se hará las preguntas que le salten a la conciencia y evitará otras dejándolas detrás de los telones del gran escenario de la existencia.

Quizás algunos en estos momentos de cuenta regresiva aprovecharán para hacer un balance, para pedir perdón, para despedirse y agradecer.

Será un tiempo de pedir más morfina para el cuerpo y más caricias para el alma. Será una muerte vivida a cuerpo entero. Será partir hacia la vida compañero, a la plena realización de tus sueños… hacia la celebración eterna de tus glorias.

Serás acogido en las entrañas de la tierra que te llamó. Tierra a la que le diste todo. Tierra que te recordará por siempre.

Amigo y hermano te mando un abrazo. Te imagino sonriéndole a la vida cuando el Creador te llame para la entrega…

No perderé el tiempo en contar como moriste
Si me preguntan, hablaré de la pasión con la que viviste.
Amutuy… por el agreste vientre de tus bardas…
Seguirás cabalgando cual potro pehuenche…

…Me acordé de esta poesía…

Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida.

Porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas;
cuando planté rosales coseché siempre rosas.

… Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡más tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
más no me prometiste tú sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas.

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes!
¡Vida, estamos en paz!
Amado Nervo

jueves, 6 de agosto de 2009

De viaje con la Palabra

Así fue como la palabra me llevó a ese lugar lejano, ancestral, recóndito, añorado, deseado, gustoso o despreciado, recordado u olvidado, conocido o nuevo, diferente, exótico…odiado o amado…

Algunas veces he experimentado el poder de una palabra. Esa palabra tuvo un gran poder evocativo, una increíble fuerza transformadora, una enorme capacidad para llevarme a lugares profundos y permitirme descubrir significados emocionantes.

Existen palabras que perforan y otras que se estrellan en mis muros. Hay palabras que dan la cara y otras que se acercan disfrazadas. Hay palabras que enamoran y otras muy insulsas. Hay palabras mágicas y otras agoreras. Hay palabras increíbles y otras muy creíbles. Hay palabras peregrinas y otras que les gusta quedarse en su casa.

Hay palabras llenas de colores, perfumes y risas y otras que lloran opacas de tristeza.
Hay palabras que son pan para el alma y vino que celebra y otras que desnutren y se quejan.

Hay palabras que construyen y dan vida, otras que te matan o mutilan.

Hay palabras que hacen ruido, inquietan y molestan y otras que cobijan, serenan y silencian.

Hay palabras que anuncian su sabiduría por la profundidad del silencio que producen.

¿A dónde te llevan las palabras cuando resuenan dentro de ti?

lunes, 3 de agosto de 2009

Sin muros. Sin distancia. Me percibo...


Como si fuera un hilo de oro que brotaba del abismo de mi alma, su mano se fue alejando de mi cuerpo. Sin ruptura. Sin violencia. Sin abandonos. Sentía una extraña armonía entre lo lejano y lo que está cerca. La cercanía de Su mano y la lejanía de mi alma. Ese vínculo de oro expresaba que entre los extremos no hay distancia. La piel derribó los muros de la desconfianza y el suave susurro de la respiración aliviaba lo que en ese universo desconocido pudiera estar en carne viva.

La entrega serena de lo que en algún tiempo me fue arrebatado… volvía a nacer como un niño… entre llantos y manos que delicadamente lo limpiaban, besaban, amaban.

Palabras filosas de viejos días se escondían en la dureza de algunas broncas y en la áspera injusticia de no haber protegido lo que más valía.

Esos ojos llenos de agua y la mirada de fuego recorrían el paisaje purificando lo que era gris, fecundando lo que sueña con crecer; integrando fragmentos dispersos que detrás de las rejas se miraban como enemigos desafiantes hasta la muerte. Lo que había quedado contenido entre miedos y desamparos se asomó tímidamente, y estos crueles gigantes fueron sorprendidos con la evidencia en sus manos… y se rindieron a sus pies… se paralizaron por vergüenza prometiendo no volver a esclavizar los sentimientos más genuinos de ningún inmortal. Ellos tienen poder sólo en la carne de los mortales.

Cuando dos personas descubren el hilo de oro que los une… ingresan en la inmortalidad, el agua corre libremente y el fuego no se apaga.

Los mortales queremos pisar suelos firmes y para esto existen manos pacientes que nos conducen y alientan a crecer. Las manos pacientes son tierra firme para los pies vacilantes. La libertad se experimenta cuando esas manos nos sostienen los pies… es, entonces, cuando la frescura del aire ingresa hasta la profundidad más inhóspita despertando sensaciones nuevas que siempre estuvieron ahí… dormidas… sin haber sido llamadas nunca por nadie y que ahora, por haber sido tocadas… se juraron a sí mismas no volver a desvanecerse en la cuna del olvido.

Desperté. Me percibo sereno. Ese hilo de oro existe… y yo… tengo el alma más buena.

martes, 28 de julio de 2009

Estoy aquí, sucediendo...


Las certezas me dejan muy solo, aquí dentro
La objetividad me condena a no dar en la tecla
Alabo el acontecer impredecible y sin reglas
Me encanta la sorpresa de los finales abiertos

Imagino mil rutas posibles, izo mis velas a merced del viento
Navego despreocupado y contento
Estoy ahí, sucediendo.

Celebro el drama de lo que sencillamente va siendo
Promuevo las descripciones y la narración poética
Percibo la tensión constante entre ser y dejar de ser
Amo vivir en permanente crecimiento, cambio, evolución, padecer.

Me gusta que un verso no sea igual a otro.
Ni en su métrica ni en su complejidad.
Dejo que sea él mismo en aquello que quiera expresar.
Ya no quiero forzar una rima para respetar una estética impuesta
Me atrevo, más bien, a darlos a luz y soltarlos tal cual se gestan.

jueves, 23 de julio de 2009

Percibirse... o la nada...


LO FATAL

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.

Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por…

lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos
y no saber adónde vamos,
¡ni de dónde venimos!…
Rubén Dario


Hace un tiempo me encontré con estos versos. No los busqué. Ellos me encontraron a mí. Me hallaron justo a tiempo. Yo estaba empezando a escuchar. Estaba asomándome a lo que para algunos es “otro mundo”. Era para mí como pasar de la sordera a la melodía, de la ceguera tenebrosa al arco iris más exuberante.

Me había llegado el tiempo de “darme cuenta”. Fue raro e incómodo descubrirme sintiendo, percibirme sufriendo, reconocerme llorando y sorprenderme de que podía reír tanto. Pude saber más de mí, más del mundo, más de todos. Se me presentó una encrucijada y elegí plantar mi carpa en la vida consciente. Decidí averiguar de donde venía pero mucho más hacia donde quería ir desde ese momento en adelante. Decidí reconocer todo lo que era mío: mi cuerpo, mi espíritu, mis sentimientos, pensamientos y emociones; y apropiarme de mí cada vez más.
Y así, de a poco, te vas haciendo más amigo de vos mismo…

Never knew I could feel like this
Like I've never seen the sky before...
... Come what may...

lunes, 20 de julio de 2009

Por casa...bien. ¿Y en el trabajo?

Jóvenes empresarios en un entorno de oficina se resumen en la sesión de yoga loto-plantean y relajante.<br /> photo

¿Es el ámbito laboral un espacio de desarrollo personal?


No me animo a dar respuesta a este interrogante. Me animo si, a hacer un camino.

En muchas oportunidades escuché a profesionales decir que si bien les gustaba su trabajo, la vida empezaba cuando salían de él. Manifestaban en la mayoría de las veces estar estresados a causa de tanta presión y exigencia. Por lo cual, asociaban una buena calidad de vida a algo más tranquilo, más gozoso, más contenido, más agradable. El trabajo les gastaba toda la energía y buscaban recuperarla en el deporte, la familia, los hobbies, el descanso o la vida al aire libre.

Una vez que cerraban la puerta del ámbito laboral, se sacaban la ropa de ejecutivo, operario, secretaria, ordenanza o directivo, aparecían ellos mismos en estado puro.

Creo que alcanza con esta mínima descripción para entender y empatizar con aquellos que alguna vez se sintieron así o continúan padeciendo esta grieta tan difícil de sortear.

¿Percibo mi crecimiento y despliegue como persona o sólo crecen mis habilidades, idoneidad, experiencia y capacidad de llevar con éxito mis desafíos laborales? ¿Vida personal y vida laboral son incompatibles, irreconciliables? ¿Queda hipotecada mi vida personal en pos del crecimiento laboral? ¿Vale postergarme como persona?

Una serie de temas se me disparan incontrolables y me urge reflexionar:

- ¿Cómo integrar los diversos ámbitos de mi vida y descubrirlos, a todos ellos, como oportunidad para crecer como persona?

- Parece que el trabajo desintegra más de lo que integra

- En el trabajo voy de a poco perdiendo mi vida

- Mi familia es lo más importante pero llego a casa todos los días después de la 21 y mis hijos van creciendo pero los educa otro que no soy yo.

- Hay códigos en el ámbito laboral que llevados a los demás ámbitos destruyen todo a su paso. Por ejemplo, el nivel de agresividad, desconfianza, tensión, urgencia, estrés… transpolados a otros espacios pueden destrozarlos.

- La cultura laboral tiene un marco de creencias y valores que entran en total contradicción con las creencias y valores personales y familiares.

- ¿Se puede hacer el camino inverso?

- ¿Mi vida en su máxima expresión de calidad no podría influir positivamente en el ámbito laboral y transformarlo en un espacio más agradable, amistoso, desafiante, atrayente, integrador?

- (siguen las preguntas… podrías agregar la tuya para enriquecer el intercambio)

Traigo dos frases atribuidas a John Lennon:

“La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado haciendo otras cosas.”

“Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora.”


La vida es hoy, aquí y ahora… ¿Vale la pena hacer algo para que mi trabajo sea un espacio para crecer como persona?

miércoles, 15 de julio de 2009

El Rey León: El Musical


Fatshe leso lea halalela
[The land of our ancestors is holy]
La tierra de nuestros antepasados es sagrada


Una vez me dijeron que el arte es un lenguaje para expresar lo inexpresable. Un lenguaje que revela y oculta, que se esconde y se muestra. El arte no es simple, ni ingenuo, ni superficial. Tiene una segunda lectura, doble sentido; lo que se ve es sólo una parte y quizás esa parte - la que se ve - sea la menos valiosa de todas; el arte quiere desconcertar al testigo necio que pretenda captar en una fugaz ojeada la riqueza del misterio oculto… por eso, el arte es propio de los contemplativos; de aquellos que no quieren atrapar y poseer la obra sino de los que aceptan y reciben la luz que viene oculta a través de los diferentes modos en los que el arte se expresa.

Con la torpeza de las palabras quiero contarles algo de la luz que se asomó en estos días. Y digo “algo” porque yo tampoco soy contemplativo y tengo bastante de necio a la hora de querer atrapar los misterios.

En África reinaba un delicado balance que cada jefe de raza había mantenido durante años. Ellos eran parte de ese balance armónico en el cual la vida los había encontrado. Esa armonía se bebía de generación en generación y el ciclo de la vida no se interrumpía ni poseía aristas punzantes que pudieran lastimar o modificar el transcurrir de la existencia en todas sus formas.

Esa es la máxima que Mufasa transmite a Simba y le advierte que esa será su tarea, su mayor tesoro y su carga más pesada.

La ambición por obtener y apropiarse los tesoros impulsó a algunos parientes a desequilibrar la balanza y romper la armonía. El discurso era seductor: “Pueden convivir en el mismo mundo hienas y leones”. Pero bien sabemos que esos discursos son una emboscada para los espíritus más puros e ingenuos.

Para obtener lo deseado hay que romper con el pasado… y huir. Skar mata a Mufasa… y Simba huye. Y para callar la conciencia acepta esta nueva filosofía que colabora en el olvido de su identidad. Para adormecer el dolor de lo amado, para callar el grito que nace de la herida de la pérdida y del abandono… “Don´t worries for the rest of your day”.

Pride Rock queda en ruinas, desvastado. Pobreza y miseria reinan en Africa, no por los africanos sino por razón de algunos “parientes” que no han nacido con esta máxima en su sangre ni en su piel. Se han devorado el balance y la armonía como si fuera carroña. {} “I never thought hyenas essential, they're crude and unspeakably plain. But maybe they've a glimmer of potential if allied to my vision and brain” {} Yes, our teeth and ambitions are bared - Be prepared!

Rafiki, el mono, encarna la sabiduría de los ancestros, de los que te miran desde las estrellas, de los llantos de la tierra, la de los cantos y las danzas; la sabiduría eterna de toda una raza creada para la armonía.
Para rescatar a Simba golpea su cabeza y le recuerda su identidad. ¿Quién sos? You are Mufasa´s son, he lives in you… y la vuelta a sí mismo se expresa a través del canto de agonía, lleno de dolor y amor ausente en “Endless Night”.

El primer regreso es a su propio corazón, al corazón de su raza, al centro de su historia, iluminado por las estrellas de sus ancestros. Habiendo recuperado su identidad, Simba sabe cual es el próximo paso: volver a Pride Rock y restaurar el equilibrio perdido.
Nala lo lleva por otro camino. El camino de quien lo ama. Simba, entonces, recuerda un amor. Y eso lo trae de vuelta.


“One by one” merece escucharla y contemplarla como un gemido que nace del fondo de la raza africana… (los dejo escuchar el gemido)

Ibabeni njalo bakithi [Hold on tight, my people]
Ninga dinwa [Don't get weary]
Ninga phelelwa nga mandla [Don't lose your strength]
Siya ba bona [We can see]
Bebe fun' ukusi xeda [They wanted to hold us back]
One by one
Ngeke ba lunge [They will not succeed]
One by one
Sizo nqoba [We will win]
One by one
Ngeke ba lunge [They will not succeed]
One by one
Sizo nqoba [We will win]
Ngoba thina [Because]
Siya zazi [We know who we are]

Ngoba thina [Because]
Siya zazi [We know who we are]
Zobona bayabaleka [Come and see]

Zobon, zobona [The cowards are running away]
Zobon, zobona
Zobon, zobona
Zobon
Amagwala

Ibala lami [The color of my skin]
Elimnyama [That is dark]
Ndiya zidla ngalo [I'm proud of it]

Ibala lami [The color of my skin]
Elimnyama [That is dark]
Ndiza kufa nalo [I will die with it]

Ibala lami [The color of my skin]
Elimnyama [That is dark]
Ndiya zidla ngalo [I'm proud of it]

Kumnandi [Oh yes]
Kwelakakith Eafrica [It's beautiful in Africa]

No voy a sacar conclusiones… sobre el bien y el mal… una obra de arte se describe… por eso, expresaré en el idioma de ellos lo que sentí al escucharlos…
Kumnandi Kwelakakith Eafrica!!!

martes, 14 de julio de 2009

Por tantas cosas que dices con tus manos sobre el piano...



Ecos de una Zamba Nueva


¿De dónde vendrá esta Zamba Nueva que entre llantos y agonías traspasa el límite de lo terreno?

Ella trae la nostalgia de sueños inconclusos pero jamás abandonados. Sueños musicales que despertaron la vida del alma y revelaron la existencia de un mundo secreto.

La música brota por la rendijas abiertas del cuerpo vulnerado y grita su deseo tan hondamente inconfesado. La melodía es un fresco manantial que inunda mis sentidos de magia sombría. Claroscuros emocionales, contrapuntos viscerales.

La Zamba Nueva recuerda formas antiguas, transita dolores y llantos, espera milagros y risas.

Sus aromas son violines, dulces, íntimos, vitales; su cadencia está marcada por el seco golpe del bombo describiendo lo inevitable. Una flauta sostiene el drama y la maravilla de una vida intensa. Un piano recorre la historia y los chelos lamentan que el tiempo se acorte. La voces se adelantan a las noches de vigilia y en silencio disfruta el alma del artista.

En cada hombre late una zamba. Sólo el sabio del arte la descubre, la da a luz y la deja sonar ante los oídos de la humanidad.

¡Gracias Griego!

viernes, 10 de julio de 2009

El dialecto de la noche



Un navegante aprende a descifrar e interpretar las señales, los signos, los símbolos que conforman el mundo marino. Los vientos, las corrientes, las nubes, las olas, los pájaros, los árboles, y todo aquello que le pueda dar información para orientarlo, como por ejemplo, las boyas, balizas, faros, torres, antenas, estrellas.

De muy chico empecé a familiarizarme con el arte de observar la naturaleza, interpretar señales y dejarme guiar por ellas. Es impresionante la cantidad de información que puedes sacar de una nube, de un cambio de viento, del color del cielo, de la intermitencia de un faro o de la humedad del aire.

Es una linda sensación descubrir tantos aliados, amigos confidentes, que te acercan su sabiduría para que la puedas utilizar de la mejor manera. A los 6 años descubrí que una tormenta podía ser mi amiga. Sólo tenía que saber como pararme delante de ella.

También aprendí que una corriente marina o de río es un continuo fluir con destino propio. Que puedes dejarte llevar por ella y no siempre lo mejor es remontarla en contra.

Aprendí también que las nubes no son solamente pompones decorativos del cielo. Tienen energía, vientos escondidos, y mucho misterio.

Las experiencias más fascinantes que viví como marino fueron de noche y con tormenta.

La noche es especial. La tormenta, maravillosa. Me atrae la oscuridad. Me enloquece la tormenta. Es inmensa la noche y, cautivante la tormenta. La noche habla con silencios y, la tormenta con elocuencia brutal.

Durante la noche, son los faros y las balizas quienes te indican tu posición. Son señales lumínicas con una definida intermitencia. En la más oscura de las noches es cuando mejor se distinguen estas luces. Navegar de noche me dio una comprensión diferente de la oscuridad. Hablo de las noches oscuras de los hombres, del corazón ciego, del alma turbada y temerosa, de la angustia ante los callejones sin salida, de la confianza en dejarse guiar por sabios señaladores de rutas y senderos alternativos.

Una noche, con fuertes lluvias y sudestada potente navegábamos con una pequeña vela de proa. No había buena visibilidad. Nuestros aliados estaban escondidos por las olas y la niebla. El barco era sacudido por la tormenta. Yo estaba al timón, agarrándolo con firmeza. Sentimos un fuerte golpe en el quillote. Rápidamente buscamos en la carta de navegación. Era el respingo rocoso de una isla. Creímos que se venía lo peor. El barco soportó el impacto. Supimos, gracias al golpe, donde estábamos. Corregimos el rumbo que había sufrido un pequeño desvío por las olas y al rato se abrió paso, delante de nosotros, un destello blanco que cada 10 segundos celebraba la llegada al puerto de destino.

Todo este episodio duró como tres largas horas. Las noches, a veces son largas, pero cuando aprendes su dialecto, se transforma en una experiencia muy reveladora.

lunes, 6 de julio de 2009

Así sabrás quién eres...

Se esconde por pudor y se revela para ser creído


En una cueva de piedra Maximus contemplaba dos pequeñas estatuas. Representaban a su mujer y a su hijo varón. Ellos habían sido asesinados de manera cruel. Y quien sabe en qué mundo ellos lo estaban esperando.

Una lámpara de aceite sostenía la escena en silencio. Con pasos muy suaves, se acercó su amigo, el africano y le preguntó… ¿Te escuchan? Él respondió: Sí. Juba agregó: ¿Y qué les estás diciendo? Maximus continuó: “A mi hijo le estoy diciendo que cuando cabalgue, ponga el pie derecho firme en el estribo y que pronto estaré con él. La curiosidad de Juba quiso ir más allá y le volvió a preguntar. ¿Y a tu mujer? … Maximus le dirigió una mirada cómplice y le respondió… “No es asunto tuyo”…

Y, esbozando una sonrisa, Juba se retiró en silencio… admirado y pensando que lo más sagrado del amor se guarda en el delicado espacio de lo íntimo.

La riqueza de una persona permanece oculta en el vínculo de amor. Maximus se descubre como hombre delante de los ojos de su mujer. En el modo en como ella lo mira, él ingresa a una profundidad de sí mismo que solo no hubiera conocido jamás. El resplandor de los ojos de su amada le revela algo de su propio misterio. Cada vez que eso sucede, una escena se repite en su memoria: “Un inmenso campo de trigo con las espigas ondeando al compás del viento. Sus manos acarician las espigas y una sensación de plenitud invade su alma.”

¿Se puede ingresar al misterio de esos dos que se miran en silencio habitándose mutuamente?

Cuando no nos hemos habitado y no hemos descubierto el gozo de recorrer nuestro paisaje interior en silencio y agradecidos… dejamos que cualquiera pasee por nuestras cuevas sin la capacidad de valorar cada rincón como espacio sagrado. Abrir las puertas a cualquiera es un signo de quererse poco… y de querer comprar la permanencia al precio del maltrato de mi riqueza interior.

“No tiren perlas a los cerdos” reza el refrán. Si lo leyera por lo que no dice… encontraría que “tengo perlas”, que son para darlas… pero no a cualquiera.

¿Cuál sería el desafío? Descubrir ese amor que recibirá de modo sagrado lo sagrado que soy.

No quisiera negociar con mis perlas la permanencia de nadie al precio de maltratar lo sagrado que soy. No quiero que ningún “cerdo” confunda mi vulnerabilidad con barro en el cual puede revolcarse. Sólo una mirada sagrada podrá descubrir la transparencia de mi barro. Y una mirada amorosa verá en ella una perla.

El misterio de una persona se hace claridad para alguien que posea un corazón puro. La mirada simple no se detiene en lo anecdótico del carácter. Trasciende las formas para habitar los fondos. Si vas en busca de las formas encontrarás la muerte… si vas en busca de la vida… el amor te revelará la forma.

Cuanto más profunda es la exposición interior entre dos personas… tanto más pide el pudor de protegerlo en la intimidad. La desnudez del cuerpo es fruto de la desnudez del corazón. Lo que se insinúa es más seductor de lo que se muestra. Lo que se oculta fascina más que lo que se expone.

En el modo de mirarse sólo sabremos que el amor es verdad… y eso es lo único que debemos saber acerca del amor… si es verdad y, por lo tanto, si es digno de ser creído…

El signo del amor verdadero será siempre sencillo. El amor crece hacia la austeridad de los signos… una mirada… una suave y sutil caricia… un beso en la frente con los ojos cerrados… una delicada sonrisa…

La grandeza del amor es ser pequeño…; su fortaleza… ser inmensamente frágil…; su solidez… ser vulnerable…; su palabra más elocuente… el silencio; su riqueza la encuentra en el despojo y su paz descansando en aquel que entregándose por entero ha dejado su corazón vacío de sí mismo para recibirte.

Sin dejar de ser tú, dejarás que te habiten para que tu amor le cuente quién eres. Y en el resplandor de su rostro descubrirás quién eres tú…

jueves, 18 de junio de 2009

Hacia una mejor versión

Cuando una verdad, por más pequeña que sea, llega a inundar el alma, se experimenta como una revelación.


Esta frase, palabras más, palabras menos, llegó a mí hace muchos años. Fue un prisma a través del cual pude entender la irreversibilidad del proceso de convertirse en persona. Cada vez que una verdad me revelaba su esplendor yo ya no volvía a ser el mismo. Esos instantes de iluminación partían la historia en dos. Había un antes y un después a ese acontecimiento revelador. Esos acontecimientos me quitaban lo que hasta ahora había atesorado y me entregaban cosas nuevas a modo de semilla, promesa, nueva percepción o diferente perspectiva. En cada paso se debe abandonar alguna magia y se debe desprender alguna querida ilusión de seguridad. Las verdades reveladoras crean y aniquilan. Te ponen ante un duelo y te entregan una vida sin estrenar. A lo largo de sucesivas y pequeñas verdades reveladoras fui confirmando una convicción: “Ya no hay vuelta atrás. Ya no soy el mismo.”


No puedo volver a viejas formas de pensar, de sentir, de ser, de existir. Me encuentro ante el desafío de recorrer caminos desconocidos, en la temerosa sensación de creer que no cuento con los elementos y recursos para lograrlo.


Crecer tiene algo de ir perdiendo el control, de aumentar la confianza, de entregarse al destino, de soportar lo indefinido, de convivir con lo que no está resuelto, de abrirse cada vez más a la experiencia.


Puedo sintonizar con esta fuerza que me impulsa, aún dormido, a ir más allá, a explorar nuevas sendas, a embarcarme en proyectos y aventuras. Puedo también cerrarme a toda posibilidad y retrasar la acción de mi tendencia natural a crecer. Me animo a decir que en algún momento las resistencias se debilitan y la fuerza vital muestra su mejor carta de triunfo haciéndonos pasar a una etapa mejor, más plena e integrada, más asumida, más nuestra.


La vida de una persona no la podemos atrapar en una caja. Crece y fluye como un río por su cauce. Empuja cuando encuentra límites que ya no le sirven, se desborda, inunda, arrasa, y sigue abriendo nuevos cauces. Es irreversible crecer. Es doloroso, placentero, te llena de temor, te hace saltar de alegría, y en la convivencia de estos y varios contrarios más, nos vamos acercando a lo que nos gustaría ser; vamos dando a luz y presentando, una mejor versión de nosotros mismos.

sábado, 30 de mayo de 2009

Sueño e Imagino

Cada vez me convenzo más de que existen caminos que aún desconozco. Caminos para mejorar mi calidad de vida, caminos para ampliar mis horizontes, rutas salvajes que aún no he explorado. En ciertos momentos, me ahogo pensando que las alternativas se me han agotado y caigo en la angustia del callejón sin salida.

Al cabo de un rato algo en mí se empieza a serenar y emerge de quién sabe qué lugar recóndito de mí ser una sensación de nueva oportunidad. Mi imaginación me rescata creando y soñando un mundo posible. Se me empieza a dibujar un camino que nunca antes había intentado transitar.

Mi espíritu se da un permiso para hacer las cosas diferentes, para encarar una situación de un modo diverso, para ensayar acordes que nunca creí poder cantar, me animo a soltar poemas y rimas inspirados en experiencias oscuras que antes carecían de sentido.

Ya no soy el de la angustia. Ya no soy aquel que mira la sucia pared del fondo cerrado a todo horizonte. Soy, más bien, alguien que empieza a deleitarse con aquello que aún no ha llegado a materializarse pero sabe con certeza que ya existe en algún mundo, en algún corazón, o en alguna mente.

Aquello que me devuelve la paz y la alegría está suelto por el aire, llevado por el viento, nadie lo puede poseer pero a todos puede acariciar. Está disponible para aquellos que se animan a soñarlo, a crearle un espacio dentro de si mismos, a ser visitados, abrazados, queridos, cuidados, protegidos, desafiados…


Cuando imagino siento que algo me rescata
Y cuando sueño mi alma empieza a dar gracias
Y… como alguna vez soñé que era poeta. Lo imaginé y se hizo realidad…


Sueño con soltar mis ataduras…
Sueño que se disipan mis miedos…
Sueño con reír más veces al día
Sueño con guiñarle un ojo a la vida


Sueño con sentir el amor que se me brinda
Sueño con vivir más a pleno cada día
Sueño que mis sueños ya están aquí, dentro y cerca;
Sueño que les doy la bienvenida…



Imagino que aumenta mi capacidad de disfrutar
Imagino que me inunda la serenidad interior
Imagino que va naciendo lo mejor de mí


Imagino que me abro a recibir una bendición


Imagino que abrazo a mis seres más queridos
Imagino que estoy cada vez más presente,
Me imagino más aquí, más yo mismo, más feliz.

lunes, 25 de mayo de 2009

Conozco a alguien que disfruta y celebra contra viento y marea

Anabella tenía 27 años. Una africana nacida en la aldea de Makesse, en la sabana del centro norte de Mozambique. Ella emigró a la aldea de Mouyninguyniguy. Ya establecida allí, con su marido e hijos, se transformó el líder de esa comunidad. La aldea la conformaban un puñado de personas, la mayoría mujeres y niños, dos o tres ancianos y algunos hombres que fuera de temporada laboral volvían a sus hogares para llevar el fruto de tanto esfuerzo.


En esa zona tienen dos estaciones de lluvia en las que aprovechan para sembrar. Por los cambios climáticos una de las estaciones pasa de largo y, entonces, queda una sola para poder cosechar lo que comerán en un año.


Por esas cosas de la vida, milagros y sorpresas; llegué una mañana a esta aldea. Fuimos recibidos con un vistoso y colorido baile. Participamos de algunos rituales. Nos agasajaron con un sencillo y austero almuerzo. Y así compartimos la alegría de quienes se perciben como hermanos de cada hombre de esta tierra.


El atardecer fue de película. Y mejor aún porque yo estaba ahí. A la infinidad de matices del rojo se le agregaron los sonidos de los animales, y la variedad de olores y perfumes que la creación va soltando antes de irse a descansar.


Ya entrada la noche, Anabella arrimó tres grandes leños humeantes, los frotó un poco y se hizo la luz. Alrededor del fuego comenzaron los tambores que animaron la danza. Al cabo de unas horas, ella levantó su mano y anunció: “¡Karingani!” (Que significa algo así como: llegó el momento de los cuentos)


Se detuvieron los tambores y una abuelita muy arrugada se sentó en el centro. Todos los niños de la aldea corrieron a sentarse a su alrededor. La anciana empezó a contar sus historias; ancestros, éxodos, logros, creencias, rituales, espíritus, esperanzas, fortalezas.
Los niños bebían cada palabra de las historias que la anciana les iba trasmitiendo. Es así como se va forjando la tradición.


Ya muy tarde nos fuimos a descansar. Dormimos sobre una estera de junco, a la intemperie.


A las 5 de la mañana el sol se levantó y salimos a cubrirnos bajo alguna sombra. Nos brindaron un cariñoso desayuno; unas galletas de maíz con una infusión, de quien sabe qué hierba autóctona.


Después de esto comenzaron los apremios para la despedida. Yo estaba sentado bajo un alero intentando que el sol no me perforara la piel. Anabella se arrimó y se sentó al lado mío. En voz baja me dijo: “Ya nos queda poco maíz, sino llueve pronto moriremos de hambre”. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Luego me miró con esos ojos llorosos y con una sonrisa muy pero muy grande me dice: “¡Pero qué felices nos hicieron con esta visita!”


Le sostuve por un rato la mirada y su sonrisa me la guardé como una bendición.


Hay personas que tienen el don de disfrutar el presente como si fuera eterno.

martes, 12 de mayo de 2009

Hola, Hola... ¿Hay alguien ahí? Hay permiso para disfrutar...

A veces tengo una leve percepción de no estar todo entero en un lugar. Miles de imágenes y sensaciones se me presentan, preocupaciones e incertidumbres se me amontonan, las exigencias me doblan la espalda, las presiones me hacen doler la cabeza y la angustia me oprime el pecho… y ahí me pregunto… ¿Tiene sentido todo esto? ¿Estás disfrutando de la vida? Y como imaginarán, la respuesta es: “NO”

¿Por qué hago lo que hago? ¿Lo elijo? ¿Puedo describir y descubrir todas las motivaciones, ocultas y evidentes, que me llevan a hacer esto y aquello? ¿Puedo sostener una acción con la sola motivación del “porque hay que hacerlo”; “y… es así…”; o “no hay otra manera”?

¿Me hace bien terminar el día sin una buena cuota de satisfacción, conscientemente experimentada y celebrada?


Estar Conscientes


La conciencia es la llave para la transformación. Simplemente estar conscientes de cuales son nuestras convicciones y hábitos actuales, nos coloca en el punto de partida real para nuestra travesía por la vida.

En el momento que nos volvemos conscientes de, e identificamos, nuestras ilusiones y apegos, nos liberamos del poder que hasta ese momento ejercían sobre nosotros. Este descubrimiento nos lleva a recuperarnos de las ilusiones pasajeras e incrementa nuestra habilidad para permitir que las cosas sean tal como son.


Una de las decisiones más importantes que puede tomar en su vida es estar presente "aquí y ahora" en cada momento, y una vez tomada, conectar con su intención y comprometerse a manifestarse a si mismo. A partir de ese momento su viaje hacia el despertar habrá comenzado y eventualmente estará en un estado de iluminación continua.


Solo aquellos quienes están presentes y disponibles tienen la habilidad de responder conscientemente, los demás simplemente reaccionan inconscientemente, ausentes a ellos mismo y a los demás.



Responsabilidad: Mientras que la conciencia nos permite descubrirnos, la responsabilidad nos permite rescatarnos. En el mismo momento en que asumimos responsabilidad por nuestra vida nos rescatamos a nosotros mismos, recuperamos nuestro poder interno, nuestra dignidad, nuestro respeto y la seguridad y confianza en nuestra capacidad.

Intención: Primero necesitamos decidir que es lo que queremos, y luego establecer metas realizables en las cuales creemos totalmente. Posteriormente visualizarlas en nuestra mente con todo el detalle posible, como si ya fueran realidad.

Compromiso: Comprometernos con nuestras verdaderas intenciones equivale a establecer un acuerdo con lo divino. Es solo a partir de ese momento de compromiso que el universo comienza a tomarnos en serio, y se adapta para acomodarnos.

Acción: El compromiso debe ser expresado efectivamente en acciones. Ejecutar estas acciones diariamente nos acerca paso a paso a nuestras metas, las cuales se convierten en un sistema de navegación que guía nuestras acciones, por eso es importante ajustar nuestras coordenadas (mantenernos enfocados) constantemente para mantener el curso. Este viaje es un proceso, no un destino, ¡recuerde disfrutar la travesía!

Liberar las áreas bloqueadas de su vida le permite vivir plenamente y disfrutar de la vida, sirviendo de la manera más elevada y dando y recibiendo generosamente sin apegos.

Intuición: A medida que avanzamos comenzamos a ver más claramente la vida como realmente es, y nuestra intuición nos guiará con un significativo impacto en nuestras metas y acciones.

Es importante al alcanzar este nivel colocarnos en un estado receptivo que nos permita obtener el máximo beneficio de las intuiciones que recibamos, lo que nos permitirá aprovechar las oportunidades que se presenten para profundizar en nuestro propio descubrimiento.

Disfrutar: Disfrutarnos totalmente desprovistos de apego es estar inspirados, esa es una meta elevada que puede brindar mucha satisfacción. Estar inspirados es estar en contacto con nuestra esencia, desde donde podemos armonizarnos con la esencia misma de la creación.

lunes, 4 de mayo de 2009

Miedo a todo...¿Podré ser más libre de mis miedos?

Hay dos imágenes que quiero compartir; una es tomada de la película “Hook” y la otra es de una canción de “Maná”.


En la película, los niños viven en el país de nunca jamás. La imagen que me llamó la atención es aquella en al que, llegada la noche, cada uno de los niños se acercaba a su velador y apagaba la luz. Luego se iban a dormir. Sus rostros eran serenos, rostros que experimentaban confianza.


La canción de Maná, este grupo de música de mexicanos, habla de un niño que dialoga con un reloj Cucú y le cuenta que su padre falleció. En ese diálogo le dice: Oye, Cucú, Papá se fue, prendé la luz que tengo miedo; oye, Cucú, Papá se fue, prende la luz y apaga el tiempo. Este es un grito de miedo por la ausencia, por el abandono, por el desamparo.



Somos personas dominadas por el miedo. A veces no nos damos cuenta del poder negativo del miedo. El miedo ha invadido los rincones más recónditos de nuestro ser, hasta el punto que no hemos experimentado el sabor de una vida libre de miedos. Da la impresión que no vivimos un solo momento libre de miedos. El miedo penetra en nuestro interior y controla – seamos conscientes o no de ello- la mayoría de nuestras decisiones y elecciones.


Ejerce un gran poder sobre nosotros y tenemos esta sensación: nos ata, es un lastre que me impide avanzar, me asfixia y no puedo salir. Estoy siempre en el mismo punto.



Se alcanza un enorme poder consiguiendo que las personas vivan inmersas en el miedo. Casi siempre hay alguien que está a nuestras espaldas y nos controla: un padre, una madre, un jefe, una institución o la creencia en algún Dios.



Hay un montón de las preguntas que nos hacemos que brotan de la casa del miedo. ¿Qué voy a hacer si no encuentro una mujer o un hombre con el cual compartir mi vida? ¿Qué haré si lo que estudio no me da de comer? ¿Si me quedo sin trabajo qué le pasará a mi familia? ¿Cómo voy a educar a mis hijos? ¿Cómo conservar el buen nombre? ¿Y si no tengo éxito, qué? ¿Seré feliz? ¿Me quedaré solo o sola? ¿Qué pasará si dejo este trabajo que me da seguridad y busco otro en que me pueda realizar y desarrollar?



El fruto de estos cuestionamientos es la Parálisis: no resuelvo, me pongo peor porque no lo hago y me frustro porque tengo la sensación de una cuenta pendiente.



Otro fruto es la negación: porque me duele o no lo soporto, lo niego, lo anulo.



Cuando las preguntas surgen como fruto del miedo nunca nos llevan a respuestas dictadas por el amor. Es claro que el miedo engendra miedo. El miedo nunca es padre del amor. Hacernos las preguntas adecuadas es tan importante como encontrar las respuestas correctas. El verdadero amor elimina del campo de nuestra consciencia todo miedo.


Identificar los miedos es el primer paso en el camino hacia la casa del amor.


¿A qué tengo miedo?



A fracasar: entonces tiendo a la búsqueda de seguridades, a la fuga en las decisiones, postergación de compromisos, el rechazo a la propia autonomía para que otros me resuelvan las cosas.


A la soledad: miedo a no ser querido. Temor a la desaprobación. Al rechazo. A salirse de los parámetros o códigos familiares, religiosos o culturales.



A la frustración: Se tapan los deseos y necesidades por miedo a que no se concreten. Nunca la realidad va a ser igual a nuestro deseo.



La propuesta es mirar a quién nos ama. Esa mirada de amor nos hace libres. La imagen es el sol en el invierno. El frío es parálisis. El sol nos trasmite su calor. Nos desentumece. Nos da vida. Nos pone en camino.



LA SEMILLA DEL MIEDO


Por miedo rompí mis versos,
por miedo ahogué mis palabras,
por miedo tragué mis besos.
Por miedo guardé las alas.

Miedo de perder lo que nunca tuve.
Miedo de tener lo que siempre quise.

Por miedo, cerré mis ojos por dentro
para que el fuego azul, la llama fría,
velase mis sentimientos.
Por miedo dejé la vida.

Miedo a llegar, sin recorrer el camino.
Por miedo, quise apagar mi fuego
y secar el pozo de mis deseos,
quise cubrirlo todo con tierra.

Pero las ascuas alimentaron estos versos.



*Ascuas: pedazo de cualquier materia sólida y candente. Estar en ascuas, estar inquieto, sobresaltado. Porque hay algo que te quema adentro.



Lo mejor sería no huirle a los miedos. Hay que enfrentarlos y escucharlos. Dialogar con ellos. Preguntarles de donde vienen y que mensaje traen. Quizás hasta nos puedan revelar los tesoros que esconden…

martes, 28 de abril de 2009

¿Qué te duele? ¿Qué te pasa?

Cuando amanecemos con el cuello duro, decimos: “Seguro que dormí en mala posición”. Cuando nuestro estómago se revuelve y nos retorcemos de dolor, decimos: “Algo me cayó mal”. Cuando nos empieza a doler la garganta, pensamos que estuvimos desabrigados la noche anterior.


Existen muchos factores externos que pueden enfermarnos, como gérmenes, mala nutrición, toxinas, polución, falta de ejercicios, malos hábitos de respiración, consumo insuficiente de agua, etc.


Así vamos encontrando explicaciones a nuestros malestares. Pero a veces dormimos en buena posición y aún así nos despertamos con una contractura, comemos bien y nos da un ataque al hígado, estuvimos bien abrigados y nos resfriamos igual.


¿Habrá otros factores que no son los externos los que colaboran o atentan contra mi salud?


Tengo un claro registro de que cuando estoy bien interiormente me siento más fuerte. Y cuando estoy fuerte me enfermo menos. Siento más las cosas y me enfermo menos. Cuando le puedo poner nombre a lo que me pasa y lo puedo expresar de alguna u otra manera, la garganta no se me irrita, aunque haya pasado algo de frío. Y cuando puedo elaborar y digerir algún tema difícil no me aquejan los problemas estomacales. Cuando soy menos exigente y más comprensivo conmigo mismo, el cuello y los hombros los tengo más distendidos y relajados.


También descubro que el modo de tomarme las cosas condiciona mi estado de salud. Cuando logro interpretar de modo positivo los hechos, las reacciones, los comentarios, mis intuiciones, tanto más entero me siento. En cambio, cuando leo de modo negativo lo que me pasa, me siento más débil. Tengo pensamientos debilitantes y en cierto modo destructivos. Y mi cuerpo acusa recibo del modo que tengo de tomarme las cosas.


Pero los mejores pensamientos son los que me fortifican. Y me demanda mucho trabajo interior e iluminación perseverar en los buenos pensamientos.


Creo, aunque todavía no me termino de convencer, que soy quien se dispone a recibir o rechazar lo que puede enfermarme. Pero, no me animo a decir aún, que soy capaz de generarme las enfermedades. Por ahora, quisiera pensar que puedo disponerme mejor para estar más saludable. Y eso ya un pensamiento muy poderoso. Pensar así me hace estar más sano.

lunes, 13 de abril de 2009

Más integrados, más cercanos, más vivos…

Nuestra vida no siempre se expresa de modo integrado.

Fragmentos en nuestro interior se guardan para sí mismos sin una propuesta clara para salir a la luz. Se esconden más bien detrás del orgullo, o del miedo o de la inseguridad existencial.

Se manifiesta en la tristeza y en la angustia cuando mis pensamientos no comulgan con mis sentimientos, cuando mis emociones están ausentes de mis actos, cuando mi libertad está atada a tanta desintegración.

Es un camino que de a poco nos va dejando en soledad. Muy distantes de nosotros mismos y de aquellos que amamos.

Según sus practicantes, el yoga otorga como resultado:

• la «unión o integración del alma individual con Dios», entre los que tienen una postura de tipo devocional (o religiosa), o bien

• «el desarrollo de la conciencia espiritual (la percepción de la naturaleza, origen y destino espiritual del ser)», entre los que tienen una postura racionalista (atea o agnóstica).


La realización de esta «conciencia unitiva» es un estado en el que el individuo se siente uno con su entorno vital, mediante un fenómeno psíquico de «expansión».


Muchos coinciden en que la respiración está en la base del Yoga. Inspirar inflando, primero el diafragma, luego el pecho y por último la zona superior de la clavícula. Se retiene unos segundos y se suelta el aire presionando los músculos del diafragma.


Si este modo de respirar se va haciendo cada vez más consciente, perseverante y se incorpora como estilo de vida, lograremos mayor percepción de nosotros mismos, del mundo y de los demás.


Puedo descubrirme todo ahí, presente a mi mismo. Puedo empezar a quedarme cinco minutos por día y extenderlo hasta 20.


Este es un camino muy recomendable para estar más vivos.