domingo, 16 de diciembre de 2012

Welcome Home

Estar fuera del eje es una expresión que las personas usamos para describir una situación existencial en que nos sentimos ajenos, desconocidos, fuera de control, desintegrados, desterrados, en el exilio.

 No creo que haya un camino solo hacia el destierro.

 Puedo dar fe de haber estado, y puedo acompañar mi testimonio con el de muchas personas que conozco.

Es doloroso darte cuenta que estás en el exilio, sin tierra y nada conocido. Es dura la sensación de estar allí. El pensamiento se confunde. “¿Cómo hemos llegado allí?” “¡Yo no elegí esto!”

Una pregunta más honda resuena en cada célula de nuestro ser: ¿Valió la pena? Y ya en la pregunta está susurrada la respuesta… No, no del todo.

 

De casa al exilio fuimos negociando y perdiendo. Aparentando un bienestar que no sentíamos. Creíamos en una luz al final del sendero aunque el paisaje se mostraba oscuro.

 

Nos sabemos leer los signos. Y persistimos en el alejamiento.

 A esta altura la distancia entre nuestro centro y la periferia en la que decidimos movernos es abismal.

Yo no se bien por qué partimos hacia esa aventura de la despersonalización. Algunos dicen que es para ser aceptados, encajar, otros para ser amados, o no se encuentran a gusto en donde están, alguien les hizo creer que no había nada bueno en quedarse.

 Mientras escribo pienso en algunas personas que juzgarán negativamente este escrito y detengo mi andar. También en lo que escribo busco aceptación. (No se imaginan la cantidad de textos, diarios íntimos, obras sin concluir, sueños truncos y cuantas cosas más no han salido a la luz por este miedo)

 Me repongo y sigo adelante. No voy a exiliarme escribiendo para quedar bien…

¿Saben por qué existe el miedo al ridículo? Porque alguien dejó de aplaudir las cosechas y se erigió como juez implacable. Y para que no me bajaran el pulgar con la soberbia de un Emperador Romano en el Coliseo, decidimos negociar… y ocultar lo que somos realmente.

Un lento e imperceptible camino al destierro. Vivir fuera de mí… en un ser ajeno, irreconocible, una mera caricatura.

 Creo también en un devenir constante. Las personas vamos cambiando. Eso me gusta. Me percibo en desarrollo. Y me entusiasma. Me motiva.

 Y creo que hay una voz interna que me llama a ser genuino, siempre. Crecer siguiendo esa voz hace que pueda explorar lo nuevo sin desintegrarme, aunque tenga miedo al cambio, me permitirá asimilarlo y expandirme, enriquecerme, desplegar y conocer capacidades, nunca fuera de mi eje, nunca fuera de mi tierra, sin dejar de ser lo que soy, siempre hacia una nueva versión. Una mejor.


Abraza lo que eres, trabaja para limpiar tu mirada, para cuestionar los prismas que tienes, deja de juzgarte, no te maltrates, equivócate, equivócate y ríe, se fiel a vos mismo, brilla, brilla mucho con tu propia luz, suéltala al mundo, escríbela, cántala, píntala, recítala, no la escondas… si algún juez interviene… perdónalo… no sabe lo que hace, no sabe lo que dice, tiene miedo a la vida que se manifiesta de infinitas formas y todas ellas… maravillosas.

 

Vuelve a casa… a tu hogar, a tu centro…

 

Escucha este tema, si es con auriculares, mejor!!! http://www.youtube.com/watch?v=X0DbmOfNrjY...

 y cuando llegué el estribillo (Welcome home) grítalo y deja que las lágrimas te abracen…

 En este año… celebro mi vuelta a casa… fue el mejor año de mi vida, porque estuve allí: en mi eje, en casa, sin negociar ni uno de mis sueños…

 Felices Fiestas

 

 

 

martes, 16 de octubre de 2012

No abandones lo que te salva


Tengo la suerte de trabajar de lo que me gusta y de trabajar con personas que admiro, valoro y tengo amistad.

En este trabajo que tanto me apasiona me encuentro con personas que se sienten mal, están angustiadas, estresadas y atravesando conflictos.

Mi trabajo es acompañar y ayudarlos a estar mejor. A acercarse a la vida que soñaron. A ser felices.

 Algo que voy notando, es que algunas personas cuando empiezan a estar mejor, abandonan el proceso.

El vértigo y velocidad con que viven los vuelve a poner en el camino de la autodestrucción.

¿Por qué una persona decide abandonar aquello que le hace bien?

¿Por qué si tiene evidencia tangible de sus progresos y de su bienestar decide privarse de aquello que tanto bien le viene haciendo?

¿Tendrán miedo a estar bien?

¿Sentirán que no valen la pena? ¿Será que invertir en uno mismo es perder el tiempo?
¿Ocuparme de mí no es una necesidad básica?

Conozco gente que ha aprendido tanto a estar mal que les resulta tan nuevo sentirse bien que no lo soportan. No han desarrollado sus talentos personales para estar bien y sobretodo... se quedan lamentando una vida llena de insatisfacción provocada por ellos mismos.

Y quizás no saben todo lo bien que podrían estar.

 Una amiga que es cuentera y poeta me acercó estos versos…

El enemigo se ha retirado,

A la orilla del camino espero

Pronta para el combate.

Agazapada.

Dueles densa calma.

¿Dónde están las batallas

para las que aprendí a pelear?

Dueles helada soledad,

oírme pedir por guerra,

Y saber que no se vivir sin luchar.

 A veces soy tan torpe y tengo tanto miedo que tiendo a destruir lo que me salva, dice Silvina Garré en una canción…

Aprendiste a estar mal…

¿No te gustaría estar bien? … no abandones lo que te salva…

domingo, 24 de junio de 2012

Demasiados nombres...

Hace tiempo que vengo con este tema dando vueltas. Krishnamurti me ha ayudado mucho a reflexionar, y a descubrir como actuamos según lo que creemos. No hablo de las creencias religiosas, solamente, sino en sentido amplio. Sería la cosmovisión de una persona. Qué piensan y qué creen las personas en general sobre sí mismos, los demás, el mundo, la vida, la muerte, lo que es ser una buena persona, un buen padre, un buen hijo, el bien, el mal, en fin… su sistema de creencias.


Dice Krishnamurti:

"Una de las cosas que a mi parecer la mayoría de nosotros acepta ávidamente, da por sentado, es la cuestión de las creencias. Yo no ataco las creencias. Lo que tratamos de hacer es descubrir por qué aceptamos las creencias; y si podemos comprender los motivos, las causas de esa aceptación, quizá podamos no sólo comprender por qué hacemos tal cosa, sino asimismo librarnos de ella.

Si reflexionan verán que el temor es una de las razones para que haya deseo de aceptar una creencia. Porque, si no tuviéramos creencia alguna, ¿qué nos sucedería? ¿No nos causaría pavor lo que pudiera ocurrir? Si no tuviéramos ninguna norma de acción basada en una o en tal o cual fórmula religiosa, o en algún dominador que nos condicione, nos sentiríamos totalmente perdidos, ¿no es así?

Y esa aceptación de una creencia, la ocultación de ese temor, ¿no es acaso el miedo de no ser realmente nada, el miedo de estar vacío?

Después de todo, una taza sólo es útil cuando está vacía; y una mente repleta de creencias, de dogmas, de afirmaciones y de citas, en realidad no es una mente creativa, y lo único que hace es repetir. Y el huir de ese miedo ‑ de ese miedo al vacío, a la soledad, al estancamiento, de ese miedo de no llegar, de no triunfar, de no lograr, de no ser algo, de no llegar a ser algo es sin duda una de las razones por las cuales aceptamos las creencias tan ávida y codiciosamente. ¿No es así?

¿Y podemos comprendernos a nosotros mismos mediante la aceptación de una creencia? Todo lo contrario. Es obvio que una creencia, antropológica, cosmológica, política o religiosa, impide la propia comprensión. Obra a modo de pantalla a través de la cual nos miramos a nosotros mismos.

¿Y podemos mirarnos a nosotros mismos sin creencia alguna? Si suprimimos esas creencias ‑ las muchas creencias que uno tiene-,

¿Queda algo para mirar?

Si no tenemos creencias con las cuales la mente se haya identificado, entonces la mente, sin identificación alguna, es capaz de mirarse a sí misma tal cual es; y ahí, ciertamente, está el comienzo de la propia comprensión.”

Entiendo que esto para muchos sea una experiencia de temor, angustia e inseguridad. Necesitan controlar la realidad aplicando moldes (viejos en su mayoría) para poder detener el dinámico fluir de la vida, estancándola, formulando sentencias absolutas que al segundo de ser pronunciadas quedan obsoletas.

Yo me siento más cómodo con respuestas provisorias y palabras precarias que a cada instante tengo que revisar porque me sirven para hoy pero mañana ya son pan duro… (por algo algunos rezan: “Danos el pan de cada día…”)

¡Suelta el pan de ayer!

Let it be, sigue cantando Lennon, deja que las cosas sean como son, que la vida se narre a sí misma, en su mágico devenir, deja que el misterio llame a tu puerta y vacío de todo pre – juicio tan sólo experimenta lo siempre nuevo de estar vivo.

Demasiados nombres, reza un poema de Neruda, demasiadas creencias que ahogan la vida, a las personas, las relaciones humanas y los sueños…

[ ]

“Esto quiere decir que apenas

desembarcamos en la vida,

que venimos recién naciendo,

que no nos llenemos la boca

con tantos nombres inseguros,

con tantas etiquetas tristes,

con tantas letras rimbombantes,

con tanto tuyo y tanto mío,

con tanta firma en los papeles.



Yo pienso confundir las cosas,

unirlas y recién nacerlas,

entreverarlas, desvestirlas,

hasta que la luz del mundo

tenga la unidad del océano,

una integridad generosa,

una fragancia crepitante.”



Fragmento de Pablo Neruda.

viernes, 25 de mayo de 2012

¡Ojo! los ciegos ven...

Dice el refrán popular: “ojos que no ven, corazón que no siente”.

Madre e hija salían entusiasmadas de Musical que acababan de presenciar. La madre le propuso a su hija sacarse una foto delante del mural que presentaba la obra. Allí estaban los protagonistas. La hija posó delante del mural con una sonrisa inmensa y sus ojos emocionados. Miré a la madre y ella también tenía sus ojos llenos de lágrimas.

La niña portaba un bastón blanco.

Se estaba sacando una foto que ella nunca iba a ver…

Varios días después… recorriendo el Museo Británico me encontré con esta leyenda junto a la impresionante estatua de Nefertiti: Se ruego no tocar, sólo pueden hacerlo las personas no videntes. En la siguiente sala, una persona no vidente tocaba minuciosamente la estatua de Ramsés II. Su rostro parecía iluminarse como si escuchara una confesión del mismo Ramsés. Sus ojos fijos en la nada seguían con atención el relato que imaginaba en la oscuridad.

Otra escena similar me la encontré en la Basílica de la Sagrada Familia en Barcelona. Diseñada por Gaudí es una obra maravillosa. Un hombre estaba sentado en el centro de la basílica escuchando el audio guía que describía la obra. Este hombre también lucía un bastón blanco. Con su mentón levemente elevado parecía respirar lo que Gaudí había soñado y logrado plasmar en la Basílica. Supongo que por la sutil sonrisa de su rostro estaría disfrutando mucho de lo que sus oídos le ayudaban a ver.

Con estos relatos quiero refutar a muerte el famoso refrán. Porque aunque los ojos nos vean, el corazón siente. El corazón ve cosas que los ojos no ven… porque lo esencial sigue siendo invisible a los ojos.

Para ver más, para ver mejor hay que creer, escuchar y sentir…

jueves, 5 de abril de 2012

Estuve ahí... fue emocionante...Navegaron como poetas

La ilusión era ganar. El equipo tenía con qué. Entrenaron bien. Tienen capacidad, destreza y una fuerte cohesión grupal. Por eso digo que tenían con qué. Corrieron el campeonato; muy afilados, concentrados, aguerridos. Fue emocionante verlos luchar, y resolver innumerables situaciones con lucidez, solidaridad, alma y vida… tenían el sueño de ganar el Campeonato Sudamericano por equipos, alto galardón para un chico de 14 o 15 años.

Llegaron a la final. Vieron la gloria de cerca. El otro equipo fue mejor. Fueron subcampeones.

Hubo llantos de impotencia, frustración y tristeza. Le dimos lugar a que lo expresaran. Escucharlos y verlos te rompía el alma. De algún modo también nosotros, los entrenadores, nos habíamos subido a la ilusión.

Pero somos los adultos, sus referentes, ellos confían en nosotros. Nos necesitan adultos. Nos miraban buscando alguna explicación. La respuesta verbal era fría: “Corrieron como leones, y ellos fueron mejores”.

De todos modos, nada te saca la tristeza…

Pero estuvimos ahí con ellos, como estandartes incondicionales, validando su esfuerzo, su compromiso, sus aciertos, sus personas, íntegras. Es un orgullo para mí estar ahí.

El equipo se abrazó, se agradecieron mutuamente la entrega y al rato… estaban riendo otra vez… jugando, divirtiéndose…

Moraleja: Habilitar el mundo emocional de los chicos les ayuda a ponerle palabras y a elaborar las experiencias… aunque te rompa el alma… como adulto, eres referencia, contención y firmeza en una atmósfera de aceptación incondicional.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El obstáculo es parte del juego...


El Parkour (parcour: recorrido en francés) o arte del desplazamiento, es un deporte que consiste en desplazarse por el medio, ya sea urbano o natural, adaptando siempre el cuerpo al medio y no adaptando el medio al cuerpo, superando los obstáculos que se presenten en tu recorrido de la forma más rápida, fluida y estética posible, utilizando únicamente las habilidades físicas y mentales que ofrece el cuerpo humano.

Este deporte nace en la ciudad de Lisses, Francia. Raymond Belle, quien fue bombero y militar vietnamita le enseñó a su hijo, David Belle, el "método natural", la cual es una disciplina utilizada en el ejército, en la cual se busca superar obstáculos naturales usando solamente el cuerpo.

El parkour no sólo requiere una buena condición física, también es importante tener una mente decidida y abierta para lograr superarse siempre a si mismo y así conquistar los miedos propios, sin embargo siempre se debe buscar un equilibrio cuerpo/mente.

El parkour representa toda una filosofía que trata acerca de superar tus miedos, problemas y limitaciones, siempre podrás estar un paso delante de donde estuviste ayer.

El lema que representa la ideología de los traceurs (trazadores de líneas en francés) y traceuses es "ser y durar". El traceur jamás debe poner su vida o su cuerpo en peligro a menos que este completamente seguro de lograr el objetivo, superarse cada día, siempre mirar hacia adelante y nunca retroceder.
Tan importante como esto es el "no compares, no compitas", el traceur jamás debe competir contra otros traceurs y jamás debe compararse con otros traceurs, ya que cada cuerpo tiene posibilidades físicas y mentales distintas.
Por supuesto, esta es la visión del grupo, ya que cada traceur y equipo siempre tendrá su propia forma de ver y vivir el parkour.

El parkour por David Belle.

Influenciado por su historia, el Parkour de David Belle es un deporte útil que permite descubrir el mundo del altruismo y el esfuerzo.

Todas las cualidades físicas del hombre, la fuerza, la rapidez, la distensión, la agilidad, la habilidad, la coordinación, el equilibrio, son exploradas aquí.
El entrenamiento en el Parkour permite al cuerpo humano realizar actos físicos que no conocía o no creía capaces. Desarrollado en un área urbana, el Parkour se adapta a todos los entornos.

Pasar los obstáculos, vencer la aprehensión, combatir el estrés y todo aquello que nos puede limitar la acción son trabajados aquí, desmenuzados para no permanecer bloqueados por el obstáculo. Y para la búsqueda, la reflexión, la voluntad y la determinación que exige su práctica, se desarrollan inevitablemente las cualidades morales necesarias e indispensables para vencer la aprehensión y continuar avanzando...

El objetivo del Parkour es superar el obstáculo ya sea físico o mental, volviéndose el practicante más fuerte, más ágil y más seguro de si mismo, a fin de poder simplemente avanzar sin quedarse bloqueado al pie del muro...

Me parece una interesante parábola para ciertos momentos de la vida.

sábado, 21 de enero de 2012

Grita mi tierra para hacerse multitud

Recién escuché un reportaje a Don Atahualpa. Él hablaba acerca del cantor. Decía algo así como que el cantor es un solitario que se transforma en multitud cuando escucha la voz de la tierra y la reproduce.

Cuando el cantor es profundo entra en comunión universal con cada hombre que se siente identificado con la vivencia que trasmite. El cantor no repite versos en rima técnicamente perfectos. El verdadero cantor cuenta vivencias que desde lo profundo del alma florecen en su voz, se hace canto y mensaje, se abre paso conmoviendo, sacudiendo generaciones, deshaciendo fronteras, desafiando límites, construyendo relaciones y tejiendo amistades.

Así también cada hombre es un solitario, a no ser que descienda profundo en su propia tierra y escuche su voz, su latir, su reír y llorar, sus sueños y miedos, angustias y dolores, alegrías y frustraciones; heridas y esperanzas… y las exprese en la forma que le salga, organizado en versos o disperso como arrebato emocional… sea la forma que adquiera, pide salir de la oscuridad de la tierra para transformarse en multitud, en hermano, amigo, compañero de vida…

Cuantas veces nos sentimos solos aunque estemos rodeados de gente. Multitudes caminan solitarias porque no descienden a lo profundo de su tierra a escucharla y a hacerle compañía.

Al niño le cuesta ponerle nombre a lo que sucede en su tierra. Y encuentra alivio cuando se la acercamos. Así nos transformamos en compañeros de las cosas de su alma. Así evitamos el devastador sentimiento de abandono.

Detenerse, escuchar y descender para darnos cuenta que el barro se subleva, se eleva desde abajo para abrir una grieta en la soledad y tirar en lo profundo las redes del encuentro…

“Otros juntan sus monedas y junto yo mis cantares, ellos guardan en gavetas y yo los disperso en el aire”… dice Leopoldo Dobric en la voz de su nieto Carlos Guyot, así como ellos y tantos, suelto al viento lo que estalla en mi alma para encontrarme con todos los que alguna vez han cantado lo que gritaba en lo profundo de su tierra…

lunes, 2 de enero de 2012

Canilla libre para sentir...

Si pudiera acercarme a una persona sin prejuicios, dejando de lado la pretensión de diagnosticar qué le pasa, sin sacar conclusiones, y de manera descriptiva escuchar su historia tal como la persona la ha vivido… creo que entraría en una atmósfera de empatía sin igual… y frente a estas preguntas diría: “ah, te entiendo”

Como no se qué hacer con estas preguntas que salieron a mi encuentro, las suelto por el aire con el deseo de hacer un aporte en el camino hacia la comprensión de uno mismo.


1. Cuando se siente enojado o resentido, ¿cómo expresa amor si, mientras usted estaba creciendo, sus padres o bien discutían o bien evitaban conscientemente la discusión?

2. ¿Cómo logra que sus hijos lo escuchen sin gritar ni castigarlos, si sus padres gritaban y lo castigaban para mantener el orden?

3. ¿Cómo pide más apoyo si, aun siendo niño, usted se sintió permanentemente desatendido y decepcionado?

4. ¿Cómo se abre y comparte sus sentimientos si teme ser rechazado?

5. ¿Cómo le habla a su pareja si sus sentimientos dicen “te odio”?

6. ¿Cómo dice “lo lamento” si, de niño, usted era castigado por cometer errores?

7. ¿Cómo puede admitir sus errores si le teme al castigo y al rechazo?

8. ¿Cómo puede mostrar sus sentimientos si, de niño, usted era permanentemente rechazados o juzgado por sentirse perturbado o por llorar?

9. ¿Cómo se supone que usted pida lo que quiere si, de niño, lo hacían sentir mal por querer más?

10. ¿Cómo se supone siquiera que sepa lo que está sintiendo si sus padres no tenían el tiempo, la paciencia o la sabiduría para preguntarle cómo se sentía o qué era lo que lo molestaba?

11. ¿Cómo puede aceptar las imperfecciones de su pareja si, de niño, usted sentía que debía ser perfecto para merecer amor?

12. ¿Cómo puede escuchar los sentimientos de dolor de su pareja si nadie escuchaba los suyos?

13. ¿Cómo puede perdonar si usted no era perdonado?

14. ¿Cómo se supone que usted llore y alivie su dolor y su pesar si, de niño, le decían siempre ‘No llores’ o ¿Cuándo vas a crecer?’

15. ¿Cómo puede escuchar la decepción de su pareja si, de niño, lo hacían sentir responsable por el dolor de su madre mucho antes de que pudiera comprender que usted NO era responsable?

16. ¿Cómo puede escuchar la ira de su pareja si, de niño, su madre o su padre le adosaban a usted sus frustraciones a través de gritos y exigencias?

17. ¿Cómo se abre y confía en su pareja, si las primeras personas en las que confió con su inocencia lo traicionaron de alguna manera?

18. ¿Cómo se supone que puede comunicar sus sentimientos en forma respetuosa y afectuosa si no ha tenido la práctica de dieciocho años sin la amenaza de ser rechazado o abandonado?

Como primera medida propongo “habilitar la experiencia, única e incomunicable” de cada persona para darle un lugar privilegiado a lo vivido. Y después, hablamos… de crecer y desarrollar la inteligencia emocional para llegar a la mejor versión de nosotros mismos.





Agradezco al Dr. John Gray