martes, 16 de octubre de 2012

No abandones lo que te salva


Tengo la suerte de trabajar de lo que me gusta y de trabajar con personas que admiro, valoro y tengo amistad.

En este trabajo que tanto me apasiona me encuentro con personas que se sienten mal, están angustiadas, estresadas y atravesando conflictos.

Mi trabajo es acompañar y ayudarlos a estar mejor. A acercarse a la vida que soñaron. A ser felices.

 Algo que voy notando, es que algunas personas cuando empiezan a estar mejor, abandonan el proceso.

El vértigo y velocidad con que viven los vuelve a poner en el camino de la autodestrucción.

¿Por qué una persona decide abandonar aquello que le hace bien?

¿Por qué si tiene evidencia tangible de sus progresos y de su bienestar decide privarse de aquello que tanto bien le viene haciendo?

¿Tendrán miedo a estar bien?

¿Sentirán que no valen la pena? ¿Será que invertir en uno mismo es perder el tiempo?
¿Ocuparme de mí no es una necesidad básica?

Conozco gente que ha aprendido tanto a estar mal que les resulta tan nuevo sentirse bien que no lo soportan. No han desarrollado sus talentos personales para estar bien y sobretodo... se quedan lamentando una vida llena de insatisfacción provocada por ellos mismos.

Y quizás no saben todo lo bien que podrían estar.

 Una amiga que es cuentera y poeta me acercó estos versos…

El enemigo se ha retirado,

A la orilla del camino espero

Pronta para el combate.

Agazapada.

Dueles densa calma.

¿Dónde están las batallas

para las que aprendí a pelear?

Dueles helada soledad,

oírme pedir por guerra,

Y saber que no se vivir sin luchar.

 A veces soy tan torpe y tengo tanto miedo que tiendo a destruir lo que me salva, dice Silvina Garré en una canción…

Aprendiste a estar mal…

¿No te gustaría estar bien? … no abandones lo que te salva…