jueves, 6 de agosto de 2009

De viaje con la Palabra

Así fue como la palabra me llevó a ese lugar lejano, ancestral, recóndito, añorado, deseado, gustoso o despreciado, recordado u olvidado, conocido o nuevo, diferente, exótico…odiado o amado…

Algunas veces he experimentado el poder de una palabra. Esa palabra tuvo un gran poder evocativo, una increíble fuerza transformadora, una enorme capacidad para llevarme a lugares profundos y permitirme descubrir significados emocionantes.

Existen palabras que perforan y otras que se estrellan en mis muros. Hay palabras que dan la cara y otras que se acercan disfrazadas. Hay palabras que enamoran y otras muy insulsas. Hay palabras mágicas y otras agoreras. Hay palabras increíbles y otras muy creíbles. Hay palabras peregrinas y otras que les gusta quedarse en su casa.

Hay palabras llenas de colores, perfumes y risas y otras que lloran opacas de tristeza.
Hay palabras que son pan para el alma y vino que celebra y otras que desnutren y se quejan.

Hay palabras que construyen y dan vida, otras que te matan o mutilan.

Hay palabras que hacen ruido, inquietan y molestan y otras que cobijan, serenan y silencian.

Hay palabras que anuncian su sabiduría por la profundidad del silencio que producen.

¿A dónde te llevan las palabras cuando resuenan dentro de ti?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces me llevan a esconderme y a veces me llevan a gritarlas por cada uno de los rincones...
Pero si quedan resonando dentro creo que es porque de verdad existen, permanecen, y asi me llevan a lo más intimo, al encuentro sincero conmigo misima...

Victoria de los pies desnudos dijo...

Hay palabras que anuncian su sabiduría por la profundidad del silencio que producen"... Cómo me gustan ESAS palabras!