viernes, 11 de septiembre de 2009

Valorar al otro y a uno mismo

Una vez fui a visitar a un gran amigo mío. Cuando llegué a su casa le dijo a su hijo de un año y medio: “Hijo, vení a saludar al Gonza. El hijo se acerca sonriente. Su aspecto no era el que más me atraía. Estaba con mocos, se había ensuciado con tierra, y su olor… ufff… Lo miré a mi amigo y le dije: “No me hagas esto”. El me contestó: “No pasa nada, se limpia”.

Hay personas que tiene la capacidad de ver más allá. No son gurúes ni clarividentes. Hay algo que les permite ver detrás. Algunos dicen que es el amor, otros la inteligencia, la intuición, la firme voluntad de querer ver algo que en la apariencia no se ve. Sea lo que fuere, mi amigo Juan, pudo ver detrás de la suciedad a su hijo.

¿Y qué se hace con la suciedad cuando no puedo trascenderla? Con la simpleza más práctica e ingenua Juan dice: “Se limpia”

Esto me hace pensar en mis anteojos para ver la realidad y para ver a las personas.

Me pregunto si no estarán algo sucios. Si acepto que puedan estar condicionados por ideas, formas de pensar, juicios críticos, malas intenciones, sed de revancha, broncas silenciadas, pesimismo, desvalorización, y un gran ego que no quiere perder a nada.

Algunos se sienten más seguros e importantes haciendo críticas despiadadas. Se sienten más inteligentes descubriendo el error y la incoherencia. “Nunca te tiran una buena”. Para ese tipo de gente la crítica es un modo de ejercer poder y auto conservarse. Y si se les escapa algo lindo de los otros… por supuesto que es irrelevante.

¿Qué tipo de relación se puede establecer con alguien que sólo ve lo sucio y remarca los errores?

Una relación así genera:
- resistencia
- conductas defensivas
- inseguridad
- tensión – estrés
- falta de confianza en la propia capacidad
- frustración
- falta de motivación
- malestares de todo tipo

¿Es posible mirar más allá y descubrir los valores, las riquezas, los potenciales, la sabiduría, las virtudes, los aciertos?

¿Y si los puedo descubrir, me expongo a comunicarlos, reconocerlos y celebrarlos?

¿No será mucho?

Sin negar la posibilidad del error humano, yo creo que es ahí donde una relación comienza a tener solidez y perdura en el tiempo. Cuando descubro en el otro algo admirable y amable.

Como padre y madre le harías muy bien a tu hijo si le sumaras a los retos y a los límites el reconocimiento permanente de su valor como persona.

Las parejas perdurarían más tiempo juntas si en vez de descalificarse se pudieran admirar y descubrirse a cada momento y celebrar esos gestos pequeños y cotidianos que le dan sabor a la vida.

Como amigo serías incondicional, porque detrás de cualquier error o desacuerdo, harías como Juan. Se limpia, se perdona, se reconoce al amigo, compañero de tantas batallas.

Como hijo comprenderías más a tus padres, los perdonarías más, descubrirías que detrás de sus equívocos hubo amor y sabiduría.

Como jefe o líder, tendrías equipos de alto desempeño y gran efectividad, cimentados sólidamente en la confianza, altamente motivados, desplegando sus recursos y capacidades porque son reconocidas y celebradas.

Como empleado o miembro de algún equipo te animarías a más. Porque te percibirías con muchísimo que aportar. Porque sos importante, porque podés ser factor de cambio y transformación.

Les propongo recorrer este camino. El de reconocerse. El de valorarse. El camino de reconocer al otro y celebrar su valor.

Deseo transformar la cultura. Voy a empezar por acá.

Y hago mi primer reconocimiento a todos los que caminan diariamente por el blog. Me gustaría agradecerles personalmente. A muchos no los conozco. Les agradezco la generosidad de su tiempo dedicado a estar un rato en contacto con mis palabras. Me siento valorado y reconocido por ustedes.

Así, con el corazón en mis manos… Muchas Gracias!!!

3 comentarios:

Victoria dijo...

En el día del maestro recibo tu reconocimiento como caminante de tu blog (siempre con los pies desnudos) y el corazón abierto a recibir tu sabiduría.
Creo que los cambios profundos y positivos empiezan por uno mismo. Y son contagiosos!
Un abrazo y mi reconocimiento para vos querido Gonzalo...

Anónimo dijo...

aguante surge y prospera!!

Anónimo dijo...

"Algunos se sienten más seguros e importantes haciendo críticas despiadadas. Se sienten más inteligentes descubriendo el error." Ayer alguien actuó así conmigo. Y me dolió en el alma. Que feo es cuando el otro está siempre listo para hacernos entir mal. Pero que sanador es cuando nos relacionamos con personas que, más allá de nuestros errores o defectos, "descubren en nosotros algo admirable y amable".
Gracias Gonza, me hizo bien encontrarte por acá!