lunes, 28 de diciembre de 2009

Lo que no se celebra tiende a atenuarse y a perderse.

Me resulta muy importante, para crecer, tomar conciencia de los propios avances, los logros y los signos que me muestran que el tiempo no ha pasado en vano. Me debo a mi mismo, rescatar esos momentos, situaciones, objetivos, relaciones, que me van confirmando que no estoy en el mismo lugar, y que voy siendo una mejor versión de mí mismo.

Rescatar es hacer memoria y tomar contacto con el acontecimiento. Es dejar que se manifiesten las emociones, es aceptar que fuimos tocados y transformados. Es señal de que hemos estado abiertos a la experiencia, sin negar ni bloquear, lo que nos va saliendo al encuentro. Abiertos a la vida, a lo que nos Da Vida!

Un poeta y cantautor cubano dice en su canción de Navidad: “el fin de año huele a compras, enhorabuenas y postales con signos de renovación, la gente luce estar de acuerdo, maravillosamente todo, parece afín a celebrar. Unos festejan sus millones, otros la camisita limpia y hay quien no sabe ni qué es brindar...”

Llega fin de año. ¿Y yo qué celebro? ¿Sólo un año que pasó? ¿O lo que en este año me pasó? Y en este año ¿Qué me pasó?
¿Con quién celebrar? ¿Con todos, con muchos, con cualquiera, con los que quiero? ¿Con los que me quieran? ¿En multitud... en solitario... extrovertido, en intimidad?

Seguramente celebraré según mi modo propio, y resonará dentro como algo genuino, y le daré paso a lo que me dio vida y a todo aquello que hice para dejar más vivo mi pequeño gran universo.


PD: Para fortalecer la estima, crecer en confianza y proyectar con esperanza, les propongo recorrer el año y rescatar logros, grandes pequeños, significativos, aquellos que me llenaron de sentido y de valor. Así, al levantar la copa… sabremos porqué y con quién celebrar…

Yo celebro la vida de este blog con todos aquellos que de diferentes rincones del mundo han caminado por él.

Arriba esas copas… ¡con ustedes quiero celebrar!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Víctima o generador... tú eliges...



Hay frases que la gente acuña para describir cómo percibe la realidad o, más bien, su realidad.
Es así…
Es lo que hay…
Esto no cambia más…
Y… con los dirigentes que tenemos…
La empresa decidió esto o aquello…

Y uno podría extenderse en miles de expresiones que intentan explicar que uno no tiene nada que ver con las cosas que están pasando.
La sensación que me provoca estas frases es de mucha frustración. La conclusión a la que llego es que no elegimos nada de lo que nos pasa. Otros eligen por nosotros. Y en muchos casos creemos que los contextos y las condiciones externas nos impiden tomar decisiones. Esperamos que los cambios vengan de afuera para que nuestras condiciones de vida mejoren. Nuestras acciones quedan condicionadas y atadas como si fuéramos esclavos de un sistema que se empeña en quitarnos la libertad.
Cuando el país cambie yo voy a ser un ciudadano más responsable.
Cuando mi jefe empiece a reconocerme voy a hacer mejor las cosas
Cuando mi hijo se porte mejor yo voy a ser un mejor padre
Cuando… cuando… cuando… te des cuenta… la vida te habrá pasado sin haber decidido como vivirla.

Viktor Frankl, quien vivió preso algunos años en un campo de concentración (vaya si hubo contexto adverso) dijo: “Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa, la última de las libertades humanas: la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”.

En la película “La vida es bella” tenemos un claro ejemplo de alguien que elige como vivir su libertad dentro de un contexto de esclavitud y desde esa elección crea para su hijo un mundo diferente, en el que puede crecer, confiar, creer y soñar.

Dietrich Bonhoeffer, líder religioso alemán que participó en el movimiento de resistencia contra el nazismo, fue arrestado y encarcelado. Desde el cautiverio decía esto:

¿Quién soy? Me dicen a menudo que salgo de mi celda,
sereno, risueño y fuerte, como un noble de su palacio.


¿Quién soy? Me dicen a menudo que hablo con los carceleros,
libre, amistosa y francamente como si mandase yo.


¿Quién soy? Me dicen también que soporto los días de infortunio
con indiferencia, sonrisa y orgullo, como alguien acostumbrado a vencer.


Grandes hombres y mujeres se han destacado por vivir su libertad en los contextos más adversos y se han implicado de manera responsable y entregada modificando la realidad y agregando valor.

Me entusiasma el desafío de abandonar el lugar de víctima para transformarme en generador.

Propongo preguntas para descubrirnos como generadores.

Para descubrir que hay Opciones: ¿Qué puedo hacer más allá de las condiciones del entorno? ¿Qué estoy eligiendo?

Para crecer en Integridad: ¿Quién quiero ser más allá de las condiciones del entorno?

Para tomar contacto con mi potencial: ¿Cómo puedo ampliar mi capacidad y zona de acción?