martes, 29 de septiembre de 2009

Agua fresca del propio manantial


"Si quieres construir un barco,
no empieces por buscar madera,
cortar tablas o distribuir el trabajo.
Despierta primero en los hombres y mujeres
la pasión irrefrenable por el mar"




¿Por qué hago lo que hago? Se pregunta un hombre cuando las razones de su lucha se van debilitando…

¿Qué pasa cuando las motivaciones que te ayudan a llegar se hacen invisibles e imposibles de encontrar?

¿Qué sucede Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada? Seguramente se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.

¿Cómo es que se rompe un hechizo?

¿Qué haces cuando descubres que has tomado decisiones encandilado por promesas que ocultaban la omnipotente ilusión de darte absolutamente todo lo que necesitabas para ser feliz… y ahora te encuentras… en la mitad de un camino, con más desilusiones que certezas, con más frustración que esperanza?

No quisiera dar respuestas envasadas que tranquilicen la conciencia por un rato…

Me gusta pensar que cada persona es un hondo misterio. Que siempre hay una profundidad nueva que explorar. Que existe en cada mujer y en cada hombre un fresco manantial inagotable. Que no siempre nos animamos a descender a esos abismos, o no sabemos como tomar contacto con él.

Pretendo ensayar un camino, el mío propio. Uno que sea genuinamente mío.

Un camino que han recorrido sabios y maestros de la humanidad: “El camino del amor apasionado”

Dice Pedro Arrupe:

“Aquello de lo que te enamores, lo que arrebate tu imaginación, lo afectará todo. Determinará lo que te haga levantar por las mañanas, lo que harás con tus atardeceres, cómo pases tus fines de semana, lo que leas, a quien conozcas, lo que te rompa el corazón, lo que te llene de asombro, lo que te dé alegría y te haga agradecer por la vida.

Enamórate, permanece enamorado, y eso… lo decidirá todo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Encuentro Intensivo de Yoga & Meditación


“Meditando con los Maestros del Espíritu”


La necesidad de meditar surge de la búsqueda del hombre de respuesta a los grandes interrogantes que se nos plantean con nuestra naturaleza más profunda. ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Hacia donde voy?
Se trata de despertar a una nueva visión de las cosas que nos llena y da sentido a nuestra existencia.
Hombres y mujeres en la historia de la humanidad se han transformado en sabios y maestros de esta disciplina. Ellos nos tomarán de la mano y comenzaremos a caminar...


Será el viernes 16 de Octubre a las 20:30hs

martes, 22 de septiembre de 2009

¡Cuánto bien me hace la meditación!

Pido Silencio
“Porque pido silencio
No crean que voy a morirme,
Sucede que voy a vivirme”
Pablo Neruda

Cuando algo late dentro de mí me lleva un tiempo darme cuenta que era algo más que el corazón. Como una masa informe, sin rostros ni aristas; ideas, pensamientos, sueños, miedos y deseos se funden y me confunden.


El corazón no es lo único que late. La vida entera late dentro de uno. Y la vida es un universo.

En la meditación voy logrando claridad. De a una se me van presentando estas cosas con nombre propio. Las identifico, las discierno, les doy paso, las recibo, las siento a la mesa y les propongo un diálogo.

De esta manera me hago presente a mí mismo. Converso con el latido de un deseo, escucho el movimiento sístole diastólico de un miedo, descubro la taquicardia de un enojo, y el lento ritmo de una tristeza.

Cuando más hondo respiro, tanto más se me abre la riqueza de mi mundo interior.

La respiración se hace conciencia y ésta se transforma en decisión. Decisión de continuar la autoexploración, de mantener viva la motivación de llegar a los fondos de uno mismo y sentirse en todo su esplendor.

Respirar es comenzar a vivirse plenamente.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Valorar al otro y a uno mismo

Una vez fui a visitar a un gran amigo mío. Cuando llegué a su casa le dijo a su hijo de un año y medio: “Hijo, vení a saludar al Gonza. El hijo se acerca sonriente. Su aspecto no era el que más me atraía. Estaba con mocos, se había ensuciado con tierra, y su olor… ufff… Lo miré a mi amigo y le dije: “No me hagas esto”. El me contestó: “No pasa nada, se limpia”.

Hay personas que tiene la capacidad de ver más allá. No son gurúes ni clarividentes. Hay algo que les permite ver detrás. Algunos dicen que es el amor, otros la inteligencia, la intuición, la firme voluntad de querer ver algo que en la apariencia no se ve. Sea lo que fuere, mi amigo Juan, pudo ver detrás de la suciedad a su hijo.

¿Y qué se hace con la suciedad cuando no puedo trascenderla? Con la simpleza más práctica e ingenua Juan dice: “Se limpia”

Esto me hace pensar en mis anteojos para ver la realidad y para ver a las personas.

Me pregunto si no estarán algo sucios. Si acepto que puedan estar condicionados por ideas, formas de pensar, juicios críticos, malas intenciones, sed de revancha, broncas silenciadas, pesimismo, desvalorización, y un gran ego que no quiere perder a nada.

Algunos se sienten más seguros e importantes haciendo críticas despiadadas. Se sienten más inteligentes descubriendo el error y la incoherencia. “Nunca te tiran una buena”. Para ese tipo de gente la crítica es un modo de ejercer poder y auto conservarse. Y si se les escapa algo lindo de los otros… por supuesto que es irrelevante.

¿Qué tipo de relación se puede establecer con alguien que sólo ve lo sucio y remarca los errores?

Una relación así genera:
- resistencia
- conductas defensivas
- inseguridad
- tensión – estrés
- falta de confianza en la propia capacidad
- frustración
- falta de motivación
- malestares de todo tipo

¿Es posible mirar más allá y descubrir los valores, las riquezas, los potenciales, la sabiduría, las virtudes, los aciertos?

¿Y si los puedo descubrir, me expongo a comunicarlos, reconocerlos y celebrarlos?

¿No será mucho?

Sin negar la posibilidad del error humano, yo creo que es ahí donde una relación comienza a tener solidez y perdura en el tiempo. Cuando descubro en el otro algo admirable y amable.

Como padre y madre le harías muy bien a tu hijo si le sumaras a los retos y a los límites el reconocimiento permanente de su valor como persona.

Las parejas perdurarían más tiempo juntas si en vez de descalificarse se pudieran admirar y descubrirse a cada momento y celebrar esos gestos pequeños y cotidianos que le dan sabor a la vida.

Como amigo serías incondicional, porque detrás de cualquier error o desacuerdo, harías como Juan. Se limpia, se perdona, se reconoce al amigo, compañero de tantas batallas.

Como hijo comprenderías más a tus padres, los perdonarías más, descubrirías que detrás de sus equívocos hubo amor y sabiduría.

Como jefe o líder, tendrías equipos de alto desempeño y gran efectividad, cimentados sólidamente en la confianza, altamente motivados, desplegando sus recursos y capacidades porque son reconocidas y celebradas.

Como empleado o miembro de algún equipo te animarías a más. Porque te percibirías con muchísimo que aportar. Porque sos importante, porque podés ser factor de cambio y transformación.

Les propongo recorrer este camino. El de reconocerse. El de valorarse. El camino de reconocer al otro y celebrar su valor.

Deseo transformar la cultura. Voy a empezar por acá.

Y hago mi primer reconocimiento a todos los que caminan diariamente por el blog. Me gustaría agradecerles personalmente. A muchos no los conozco. Les agradezco la generosidad de su tiempo dedicado a estar un rato en contacto con mis palabras. Me siento valorado y reconocido por ustedes.

Así, con el corazón en mis manos… Muchas Gracias!!!