martes, 21 de diciembre de 2010

En mi rol como Counselor...

Mi compromiso es escucharte.
Darte la cara, mi mirada, mi presencia.
Mis palabras, mis gestos, mis silencios.
Es no renunciar a mi intención de comprenderte.

Mi compromiso es estar aquí, contigo, ahora.
Estar siempre que me necesites y sólo hasta entonces.
No ser tu cárcel ni tu libertad, ni tampoco tu refugio.
Y no permitir que todo esto se transforme en un simulacro.

Mi compromiso es no engañarme, ni dejar que te confundas,
creyendo que puedo hacer por tí, lo que sólo tú puedes hacer.
Es no mentirte ni siquiera para tranquilizarte.
Y decir mi verdad, honesta y claramente, sin dogmatismo.

Mi compromiso es estar de tu lado.
Darte mi experiencia, mi oficio, mi conocimiento,
esa poca sabiduría que pueda haber en mí,
con la única intención de ayudar a que te ayudes.

Mi compromiso es guardar celosamente nuestros secretos.
sean cuales fueran y hablemos de lo que hablemos.
Defender nuestra intimidad como a un gran tesoro.
Respetar tu confianza como algo sagrado.

Mi compromiso es cuidarte sin paternalismo.
Guardarte de mis moldes, de mis juicios y fantasías,
de mis propios miedos y escenas temidas,
y de exponerte a la ofensa o al dolor innecesario.

Mi compromiso es confiar en tu fuerza y saber interior,
en el encuentro significativo de nuestras almas;
aún cuando estés confundido o te sientas vencido,
aún cuando tú mismo no creas en nada, ni puedas confiar.

Mi compromiso es el sincero interés por tu bienestar.
Es acompañarte afectuosamente hasta que, ojalá pronto,
ya no me necesites, y aunque puedas contar conmigo,
te hagas cargo de tí y llenes el cielo con tu propio vuelo.

Alejandro Corbalán
[1994]



* Gracias Ale por prestarme estos versos de intención que inspiran mis acciones.
Un abrazo, Colega!!!

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Etapas...

Como toda floración marchita, y toda juventud
con la edad decae, así florece cada etapa de la vida,
florece cada sabiduría y cada virtud
a su tiempo, y no debe durar eternamente.

El corazón, a cada llamada de la vida,
debe estar presto a la despedida y recomienzo,
para entregarse con valor, sin luto,
a otras nuevas ligazones.

Cada comenzar está lleno de un encanto
que nos protege y nos ayuda a vivir.

Hemos de atravesar alegres espacio tras espacio,
no depender de hogar alguno,
el espíritu del mundo no quiere atarnos ni angostarnos,
quiere levantarnos peldaño tras peldaño, ampliarnos.

Apenas nos aclimatamos a un círculo de vida,
y nos acostumbramos confiadamente, cuando ya amenaza el adormecimiento,
solamente el que está preparado al rompimiento y al viaje puede escapar del paralizador acostumbrarse.

Quizá todavía la hora de la muerte

nos envíe espacios nuevos,
nunca tendrá fin en nosotros la llamada de la vida...
¡Bien, pues, corazón, despiértate y sana

Herman Hesse