lunes, 15 de marzo de 2010

El autoconocimiento como fuente de libertad

Les comparto este texto que me deja pensando mucho…

Epicteto nació en Hierápolis el año 50 d.C. era esclavo, y su amo lo maltrató hasta el punto de dejarlo rengo. Fue llevado a Roma como esclavo y allí estuvo al servicio de Epafrodito, un liberto de Nerón, que lo trató de forma inhumana.

Con él aprendió Epicteto que alguien que ha sido herido por otro, sigue hiriendo. Como esclavo que había sido, Epafrodito hubiera podido compadecerse de la suerte de Epicteto. Pero sucedió exactamente lo contrario. Pues al no haber asimilado sus heridas, las traspasó.

He aquí una ley fundamental que la psicología actual describe una y otra vez. Las heridas no asimiladas nos condenan a herirnos a nosotros mismos o a herir a los demás. Si no herimos a los demás, entonces nos herimos a nosotros mismos, bien autocastigándonos, bien minusvalorándonos, bien incluso automutilándonos.

Algunas actitudes, pensamientos, palabras, enfermedades, dan la impresión de ser una especie de autocastigo, donde el rechazo que se experimentó de niño se transforma en ellas en rechazo y odio hacia uno mismo.

El camino hacia la libertad interior.

Epicteto asimiló sus heridas. En efecto, toda su filosofía se mueve en torno a la pregunta de cómo el hombre puede ser libre frente a las heridas que le causan los demás. Él reconocía que el hombre sólo puede ser libre si quiere serlo. Esa libertad se manifiesta sobretodo en que nadie puede herirnos si nosotros no queremos. Otro hombre sólo está en condiciones de herirnos si nosotros nos herimos o no hacemos daño.

El hombre es interiormente libre. Si deja que los demás le hieran, entonces, él es el culpable. Pues si el hombre es plenamente él mismo, si descansa sobre su eje, nadie podrá herirle, nadie tendrá poder sobre él.

Para Epicteto, el trabajo en uno mismo consiste en “impedir que las cosas externas… penetren en el lugar sagrado del verdadero yo. Por eso, lo primero que el hombre ha de hacer es descubrir y delimitar mediante el “conócete a ti mismo” su verdadero ser…

Anselm Grüm

No hay comentarios: