viernes, 13 de marzo de 2009

¿Viste la película...

"Más allá de los sueños"?


Tome esta película porque en ella Chris (Robin Williams), realiza un apasionante viaje interior en el que va ir revelando la situación real en sus relaciones familiares, con su mujer y con sus hijos; y además aparece con claridad un modo de acompañar procesos vitales que me es de gran ayuda.

Este viaje sólo es posible atravesando la muerte y en ese mundo más allá de los sueños hay alguien que lo va guiando. Más que un guía será un compañero de viaje. Ese guía es percibido de modo borroso, como fuera de foco y, a medida que avanza el proceso, él puede ver con mayor claridad. Puede verse y verlo, empieza a reconocerse y a reconocerlo. El guía no apura ni fuerza el andar sino que va preguntando según lo que Chris quiere saber. Chris es quién propone el camino.

Las respuestas que da el guía varían, desde la inducción a la confrontación, pero nunca lo dirige, ni reemplaza la libertad en las decisiones que Chris va tomando al asomarse en los temas más oscuros y dolorosos de sus relaciones personales.

El compañero de camino nunca se asusta de lo que Chris le va contando y mostrando sobre su vida. Hay una aceptación sin condiciones.

Una frase que desata el proceso de Chris es cuando se da cuenta de que ve borroso, desenfocado. Y pregunta con alteración, qué es lo que le pasa, porqué ve de esa manera. Y el guía le contesta: “Cuando dejes de tenerte miedo, te vas a poder ver con claridad”.

La anámnesis es un recurso permanente. Traen al presente los acontecimientos pasados y toman contacto afectivo y emocional con los mismos y con la nueva luz que le da la vida “más allá de los sueños” puede comprenderlos y asumirlos. En cada situación hay una instancia reconciliadora, algún gesto o palabra que esclarece, que interpreta y sana.

El guía deja espacio para que eso suceda, pues hacia allí quiere dirigirse Chris.

El proceso lo lleva a ir bien hondo en las heridas de sus vínculos. Allí donde el hombre experimenta su propio infierno, allí donde sólo él puede llegar, allí donde se siente más desdichado y más sólo, allí donde sólo el amor es capaz de hacer el milagro de la curación.

La película nos deja con un final feliz. Una vida reconciliada. Un proceso en el cual la persona está más presente a sí mismo y más presente a los otros.

El compañero de camino era su hijo mayor a quien nunca pudo valorar, reconocer y querer en su “otra” vida. El hijo lo acompaña sin mezclar su propia herida en el proceso. Mantiene la “disociación operativa”.

Seguramente, que al final del proceso de Chris, él también será beneficiado. Pero no es lo que busca como objetivo en el acompañamiento.

El objetivo es que Chris se valga de esta relación para su propio desarrollo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

gracias por lo que compartis. viste "el curioso caso de Benjamin Button"? muy buena. un abrazo mario pacher

bernie dijo...

Que buena pelicula Gonchi! Te mando un abrazo, Bernie

Gonzalo Sanjurjo dijo...

Gracias Mario. Gracias Bernie.

Esta película me dejó dando vueltas muchos temas. Uno de ellos es el proceso de reconciliación de los vínculos familiares. Tema para reflexionar una vida entera.
saludos