domingo, 24 de junio de 2012

Demasiados nombres...

Hace tiempo que vengo con este tema dando vueltas. Krishnamurti me ha ayudado mucho a reflexionar, y a descubrir como actuamos según lo que creemos. No hablo de las creencias religiosas, solamente, sino en sentido amplio. Sería la cosmovisión de una persona. Qué piensan y qué creen las personas en general sobre sí mismos, los demás, el mundo, la vida, la muerte, lo que es ser una buena persona, un buen padre, un buen hijo, el bien, el mal, en fin… su sistema de creencias.


Dice Krishnamurti:

"Una de las cosas que a mi parecer la mayoría de nosotros acepta ávidamente, da por sentado, es la cuestión de las creencias. Yo no ataco las creencias. Lo que tratamos de hacer es descubrir por qué aceptamos las creencias; y si podemos comprender los motivos, las causas de esa aceptación, quizá podamos no sólo comprender por qué hacemos tal cosa, sino asimismo librarnos de ella.

Si reflexionan verán que el temor es una de las razones para que haya deseo de aceptar una creencia. Porque, si no tuviéramos creencia alguna, ¿qué nos sucedería? ¿No nos causaría pavor lo que pudiera ocurrir? Si no tuviéramos ninguna norma de acción basada en una o en tal o cual fórmula religiosa, o en algún dominador que nos condicione, nos sentiríamos totalmente perdidos, ¿no es así?

Y esa aceptación de una creencia, la ocultación de ese temor, ¿no es acaso el miedo de no ser realmente nada, el miedo de estar vacío?

Después de todo, una taza sólo es útil cuando está vacía; y una mente repleta de creencias, de dogmas, de afirmaciones y de citas, en realidad no es una mente creativa, y lo único que hace es repetir. Y el huir de ese miedo ‑ de ese miedo al vacío, a la soledad, al estancamiento, de ese miedo de no llegar, de no triunfar, de no lograr, de no ser algo, de no llegar a ser algo es sin duda una de las razones por las cuales aceptamos las creencias tan ávida y codiciosamente. ¿No es así?

¿Y podemos comprendernos a nosotros mismos mediante la aceptación de una creencia? Todo lo contrario. Es obvio que una creencia, antropológica, cosmológica, política o religiosa, impide la propia comprensión. Obra a modo de pantalla a través de la cual nos miramos a nosotros mismos.

¿Y podemos mirarnos a nosotros mismos sin creencia alguna? Si suprimimos esas creencias ‑ las muchas creencias que uno tiene-,

¿Queda algo para mirar?

Si no tenemos creencias con las cuales la mente se haya identificado, entonces la mente, sin identificación alguna, es capaz de mirarse a sí misma tal cual es; y ahí, ciertamente, está el comienzo de la propia comprensión.”

Entiendo que esto para muchos sea una experiencia de temor, angustia e inseguridad. Necesitan controlar la realidad aplicando moldes (viejos en su mayoría) para poder detener el dinámico fluir de la vida, estancándola, formulando sentencias absolutas que al segundo de ser pronunciadas quedan obsoletas.

Yo me siento más cómodo con respuestas provisorias y palabras precarias que a cada instante tengo que revisar porque me sirven para hoy pero mañana ya son pan duro… (por algo algunos rezan: “Danos el pan de cada día…”)

¡Suelta el pan de ayer!

Let it be, sigue cantando Lennon, deja que las cosas sean como son, que la vida se narre a sí misma, en su mágico devenir, deja que el misterio llame a tu puerta y vacío de todo pre – juicio tan sólo experimenta lo siempre nuevo de estar vivo.

Demasiados nombres, reza un poema de Neruda, demasiadas creencias que ahogan la vida, a las personas, las relaciones humanas y los sueños…

[ ]

“Esto quiere decir que apenas

desembarcamos en la vida,

que venimos recién naciendo,

que no nos llenemos la boca

con tantos nombres inseguros,

con tantas etiquetas tristes,

con tantas letras rimbombantes,

con tanto tuyo y tanto mío,

con tanta firma en los papeles.



Yo pienso confundir las cosas,

unirlas y recién nacerlas,

entreverarlas, desvestirlas,

hasta que la luz del mundo

tenga la unidad del océano,

una integridad generosa,

una fragancia crepitante.”



Fragmento de Pablo Neruda.